Pablo Seguí: «Duermevela nocturna»

I

Sueño palabras. Sueño 
un poema confuso 
con períodos largos, 
con partes balbuceadas. 

Todavía distingo 
la luz que desde el techo 
ilumina la pieza, 
áspero resplandor. 

Palabras en la mente 
y un cuerpo dividido, 
ésta es la catatonia 
de dormir con pastillas. 

II 

Algo que no es malévolo 
ni benigno: trabajo 
acostado con versos 
que no llegan al cierre. 

Es un trabajo insulso 
y fatigoso: siembro 
semillas de sentido 
en el ojo del sueño. 

Ritmas que constituyen 
una ciudad perdida: 
calles inaparentes 
y casitas llagadas. 

III 

Así con la ciudad 
y el pulso de la noche: 
marcho necesitando 
borrar, y no lo logro. 

Y las horas transcurren 
pausadas, como el paso 
de un animal enfermo 
que aún no morirá. 

No me quejo. Descanso 
mal que mal estas vísceras. 
El sueño es un trabajo 
que ni alegra ni lloro. 

Pablo Seguí, poeta. Nació en 1973 (Córdoba). Estudió durante varios años violín para luego volcarse a la poesía. Publicó seis libros de poemas: “Los nombres de la amada” (1999), “Claves y armaduras” (2005), “Naturaleza muerta” (2011), “Otro verano y éste” (2017), “Animal de bien” (2018) y “Noción de ritmo” (2019). Muy recientemente ha lanzado “Lizard y otros poemas”, con selección y prólogo de Elisa Molina, editorial Barnacle.

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