Resulta paradójico que el espacio donde habitamos nos quede lejos. Partiendo de la noche, diálogo con un divulgador científico marplatense notablemente inquieto.

Devenir111:
Empecemos por algo primero, Sebastián. ¿Qué es lo que llamamos la noche? ¿Cómo se constituye como tal?
Sebastián:
La noche y el día están dados por la rotación de la Tierra. La Tierra gira cada 23 horas 56 minutos y unos 4 y ½ segundos, lo que redondeamos en 24 horas para nuestro calendario civil. Y eso da la sucesión de días y noches, de los lugares donde apuntamos hacia el Sol o los que quedan en el lado opuesto y entonces en la oscuridad.
De día podemos observar el Sol, la Luna, algunos fenómenos ópticos de la atmósfera como arco iris, halos, parhelios… Pero sí, la noche estrellada es probablemente lo que haga que muchos se maravillen por la astronomía, el espacio de tiempo designado a mirar para arriba…
Devenir111:
Entonces si por la noche miramos el cielo… ¿Qué vemos? ¿Qué si observamos con un telescopio u otro dispositivo? ¿Qué no vemos, pero la ciencia concluye/conjetura, que hay?
Sebastián:
Lo que vemos a simple vista, con un par de binoculares o con un telescopio… Planetas, a simple vista Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno –para Urano y Neptuno necesitamos un telescopio-. Cometas, cuando los hay relativamente cerca del Sol y entonces de la Tierra. Asteroides y algunos otros objetos de cuerpos menores del Sistema Solar… Ya en lo que sería el cielo profundo podemos ver estrellas, nebulosas, galaxias, un montón de objetos celestes…
Hay algunos otros que, como vos decís, conjeturo que existen –así, por definición, no se puede ver un agujero negro-. De los 6.000 y pico de planetas que giran en torno a otras estrellas, es decir exo planetas, hemos visto realmente muy poquitos, quizás una cincuentena de ellos. Hay métodos indirectos para saber que están ahí dando vueltas alrededor de una estrella, aunque no los vea.
A otros objetos puedo detectarlos en infrarojo, en ultravioleta, con telescopios de partículas, con radiotelescopios… Son otros medios para descubrir objetos. Hoy la Astronomía es bastante una ciencia de lo invisible. Aprendemos un montón de cosas más allá de ver con telescopios ópticos, que nos muestran el pedacito pequeño del espectro que pueden observar nuestros ojos.


Devenir111:
¿Qué son los “agujeros negros”? ¿Qué la “materia oscura”?
Sebastián:
Uno de esos objetos que no vemos, que detectamos, son los agujeros negros. Son remanentes de estrellas muy masivas, estrellas que tienen la cantidad de material superior a 30 soles en su vida, que terminan primero explotando como una supernova, y luego queda un agujero negro como remanente. Incluso hay agujeros negros súper masivos que tienen otro origen más primordial, distinto de un estadío posterior a una estrella muerta.
Pero en cualquier caso son objetos terriblemente pequeños que concentran una enorme masa y que hacen que su capacidad de atracción sea muy muy grande. Al punto que la velocidad escape de ese objeto sería superior a la velocidad de la luz. Dicho de otro modo, ni siquiera la luz, viajando a 300.000 kilómetros por segundo -que es lo más rápido que conocemos- se podría escapar de un agujero negro.
Si no se escapa la luz, entonces no lo veo. Lo que normalmente detectamos son zonas del cielo. Por ejemplo hay varios agujeros negros en el centro de nuestra galaxia, donde vemos un montón de estrellas girando aparentemente alrededor de nada a una enorme velocidad. Y cuando le calculamos qué masa tiene que haber en un espacio muy chiquito… básicamente es la definición de agujero negro.
La materia oscura es otra cosa. Nació con una astrónoma muy reconocida, Vera Rubin, y otros contemporáneos de ella en los 70’, que viendo cómo rotaban, giraban las galaxias espirales, se dio cuenta de que tenía que haber un montón de material, de masa, inobservable, invisible, rodeándolas, para que se comportaran del modo en que se comportan. Es decir que la galaxia no termine desarmándose, sino que siempre mantenga una forma espiral –o sea que tanto las estrellas que están cerca de su núcleo como las que están en la periferia, más o menos se muevan a la misma velocidad-.
Eso solo es posible si las galaxias espirales están dentro de una burbuja, de algo que no podemos ver, y por eso se lo llamó materia oscura. Todavía hoy buscamos de qué está hecha la materia oscura. Podemos estar bastante seguros de que de verdad existe, de que no es una invención nuestra, pero no podemos identificar de qué está hecha. Sabemos que no está hecha de lo mismo que una estrella, una nebulosa, nosotros o una mesa –que son átomos-. Sino de algo diferente que será un enorme descubrimiento cuando lo logremos determinar.
Devenir111:
¿Cómo definís a la astronomía? ¿Cuáles han sido sus hitos fundamentales? ¿Cuáles los de su despliegue en Argentina?
Sebastián:
La astronomía es una ciencia que estudia los cuerpos celestes, el espacio –el cosmos como tal, como espacio donde se encuentran los cuerpos celestes- y principalmente las leyes que rigen el comportamiento, el funcionamiento, la dinámica de cada uno de esos objetos.
Una ciencia exacta muy basada en la matemática y la física, que busca responder principalmente qué lugar ocupamos en el universo, qué tan grande es, cuál fue su origen, eventualmente cuál puede ser su final… Los movimientos, al inicio de los planetas, luego de las estrellas, de las galaxias, ahora de los grupos de galaxias… En cada uno de los momentos de la historia hemos tenido explicaciones diferentes sobre eso. Desde creernos el centro del universo, hasta que pusimos al sol en el centro del mismo; hoy sabemos que el sol es una más entre 300.000 millones de estrellas que tiene la galaxia y entre 100.000 millones de galaxias que ya hemos observado en el universo. Podríamos decir entonces que los hitos de la astronomía son los momentos en que hemos cambiado nuestra idea de qué lugar ocupamos en el universo.
Argentina ha participado y participa de esa aventura, con una larga historia de observatorios que arrancó allá en la presidencia de Sarmiento con el observatorio de Córdoba, luego el de La Plata, en la década del 80 el de San Juan; hoy con varios proyectos en marcha en San Juan, en Salta… Tenemos tres universidades donde los chicos se forman para ser futuros astrónomos y otros institutos que investigan esta temática con muy buen nivel internacional. A lo que deberíamos sumarle los muchos científicos de esta área que se encuentran en distintas partes del mundo.


Devenir111:
Supongo que en el campo de la astronomía actual existen diversas “líneas de investigación”… ¿Podés señalar algunas que te parezcan más significativas?
Sebastián:
La pregunta me remite a un juego… A finales del siglo XVII le preguntaron al astrónomo holandés Christiaan Huygens qué era la astronomía. Él dijo, es la Luna, sus montañas características, los anillos de Saturno –cuya naturaleza él explicó-, la posible vida en Marte –que ya en aquel entonces estaba bastante de moda-. Podríamos decir que los temas estrella de la astronomía actual son seguramente los agujeros negros, los exo planetas –que descubrimos casi de a 2 o 3 por día-, sigue siendo un poco la vida en Marte pero en términos del futuro –en 10 o 15 años- de su exploración por misiones tripuladas… Algunas cuestiones ligadas a la tecnología, por ejemplo a grandes telescopios que se ponen en el mundo –principalmente en el norte de Chile-… Aunque hoy la astronomía, como otras ciencias, está muy diversificada, por lo que debiéramos hablar de cientos de líneas de investigación…
Devenir111:
Van cuatro enunciados para que nos digas lo que se te ocurra:
° La noche/el cielo han provocado y provocan a las artes, las religiones, la investigación científica… Y su inmensidad temores, curiosidad y encantos, el enigma de tiempo y espacio, de infinitud y finitud…
Sebastián:
Es correcto. La noche como inspiradora del arte es muy interesante, hay muchos ejemplos… Desde luego la arquitectura hasta hoy; y cuando empezamos a hacer nuestras grandes construcciones en la antigüedad, orientadas al cielo para poder medir los movimientos del sol, la luna y algunos grupos de estrellas que nos resultaban relevantes. También la pintura, la escultura, la música y otras expresiones artísticas. Pienso en Van Gogh y La noche estrellada; que en definitiva no es la invención de un artista, sino un cielo de la segunda mitad de septiembre en el Mediterráneo, a las 3 o 4 de la madrugada cuando observó más o menos cerquita del Polo Norte celeste, es decir una constelación bastante alta en el cielo, y dibujó la Osa Menor, y 2 estrellas de Géminis, Venus… Hizo un cielo real. Muchas veces el arte nos ayuda a acercarnos a la ciencia. La religión en algún momento fue lo mismo que la ciencia, hasta que se diversificaron quizás en el comienzo de la Modernidad. La astronomía siempre ha tenido que ver con lo grande, no sé si con lo infinito pero sí con lo muy grande, el tiempo, el lugar que ocupamos en esa naturaleza a enorme escala a la que se dedica la astronomía.
° Los planteos de un tal Copérnico no le cayeron precisamente bien al Hombre, al exponer que no somos ni estamos en el centro del Universo…
Es cierto. La teoría heliocéntrica en verdad ya la había planteado Aristarco de Samos en la Antigua Grecia pero no le habían prestado demasiada atención. Mil cuatrocientos años después Copérnico la saca del olvido y nos relega en un lugar secundario de lo que era el universo entonces, similar a lo que hoy llamamos sistema solar, poniéndonos a girar en torno al sol. Ya hacia 1920 Hubble, Lemaitre y otros nos pondrán en el borde de una galaxia y nos dirán que no es la única que existe en el universo. Hoy con los grandes telescopios sabemos los cientos de miles de millones de galaxias que hay. No solo queda muy relegado nuestro lugar, sino también nuestro tiempo. Si comprimiéramos los 13.750 millones de años que entendemos tiene el universo desde el Big Bang hasta la actualidad a un año terrestre, al Big Bang lo ubicaríamos en el primer segundo del 1° de enero, y en ese universo a escala nuestra galaxia se habría formado más o menos para mayo, el sistema solar para principios de agosto, la vida en la Tierra habría nacido a principios de septiembre, y el ser humano en los últimos cinco segundos del 31 de diciembre: también nuestro tiempo en el espacio es muy chiquitito. Igualmente en ese cortísimo tiempo hemos generado algo que se llama ciencia, que trata de explicar todo el año –incluso el año que viene, aventurándonos al futuro-.
° La vida contemporánea, la aceleración de su trajín, los edificios y las luces urbanas, nos alejan del cielo…
La contaminación lumínica no solo es un problema para la ciencia, que desde luego los tiene en cuanto a poder aprovechar los grandes telescopios sin los inconvenientes de la polución de un cielo contaminado con luz, sino para todos. Hay un dato que recuerdo ahora… Allá por la década del 90’ en Los Ángeles hubo un enorme apagón de energía eléctrica y la gente llamaba a lo que sería nuestra Defensa Civil preocupada por una mancha blanca que cruzaba todo el cielo; lo que estaban viendo por primera vez en sus vidas era la vía láctea. Hoy sabemos que más del 80 % de la humanidad no está relacionada a un cielo oscuro, limpio para observar aún a simple vista. A veces nos maravillamos de todo lo que sabían en la antigüedad sobre el cielo y es precisamente porque la práctica de mirar era diaria y de mucha gente. Hoy es una pequeñísima minoría la que se dedica al tema; el resto se encuentra muy ocupado como para mirar para arriba y cuando lo hace lo que ven es muy poquito entre las luces de la ciudad…
° Aquí en la Tierra da la impresión de que no sabemos bien qué hacer con la basura –y de que ello puede volverse un problema-. ¿Nos pasa algo análogo con la “basura espacial”…?
Sí, nos pasa algo con la basura espacial. Hay muchos proyectos de cómo traer de vuelta satélites que ya no estén operativos, de trabajar los diseños de los satélites para que no sean tan nocivos cuando se interponen entre los objetos que queremos estudiar… Pero son proyectos a futuro. Hoy tenemos la mala costumbre de dejar los satélites girando alrededor de la Tierra o hacerlos caer en el Punto Nemo, en el Pacífico Sur donde no hay muchos riesgos de que caigan sobre alguna población; pero nos ocupamos de lanzarlos al océano y los dejamos ahí, nada más. Seguramente es uno de los grandes temas a solucionar en el futuro.
Devenir111:
¿Cómo/en qué trabajan hoy a nivel público y privado, los astrónomos en Argentina? ¿Convendría mejorar la enseñanza de la astronomía en las escuelas primaria y secundaria, y su despliegue en general?
Sebastián:
Son tres las facultades que tenemos –en La Plata, Córdoba y San Juan- donde se forman los futuros licenciados en astronomía, donde también se ofrecen doctorados, especializaciones en convenios con el exterior… Luego ingresan a carreras docentes, o de investigación en distintas temáticas dentro de lo que es nuestro sistema de investigación científica pública, el Conicet… Los astrónomos que se dedican a la parte práctica tienen los observatorios que nombré como espacios de trabajo, los que trabajan de forma teórica hasta lo pueden hacer con su computadora en sus oficinas…
Estaría buenísimo que en Argentina la escuela tuviera más contenidos no sólo astronómicos sino científicos en general. Transitamos una época de la humanidad donde es mayor la influencia en nuestra vida diaria de la ciencia y la tecnología, por lo cual conocerlas es realmente imperioso como para ser ciudadanos críticos. Hay mucho menos de lo que debería y me animo a decir mucho menos de lo que los chicos desearían. Porque cuando doy talleres en las escuelas o realizo alguna actividad de difusión abierta a la comunidad, los pibes siempre son muy receptivos a estos temas, les gustan, son curiosos, quieren saber… Hoy en Sudamérica sólo Uruguay mantiene a la astronomía como materia curricular. Argentina la tuvo en la escuela secundaria creo que la última vez en la década del 60’. Actualmente sus contenidos están repartidos en distintas asignaturas y años, un poquito en ciencias naturales, matemática, física; pero no una materia específica que acomode esos conocimientos en una mejor idea de qué lugar ocupamos en el universo.




Devenir111:
¿Cómo surgió en vos, en tu historia, tu vínculo con la astronomía y su divulgación?
Sebastián:
Yo comencé de casualidad digo, y no estrictamente observando el cielo, sino revisando libros en mi casa, en la biblioteca, llamándome la atención por sobre otros temas los referidos a la astronomía. Leyendo sobre los grandes descubridores, Galileo que es mi personaje preferido, Copérnico, Kepler, Tycho Brahe, esa gran época de finales del Renacimiento principios de la Modernidad. Y luego el relacionar la astronomía a contarla, a adquirir las herramientas como para poder hacer divulgación.
Devenir111:
Suponte que alguien quisiera comenzar a indagar sobre la noche/la astronomía. ¿Por cuál de tus libros le recomendarías empiece?
Sebastián:
Bueno, tengo varios que me parece pueden inspirar a alguien al que le guste la astronomía. Uno de los últimos es “Astronomía dibujada”, de astronomía en general… “Genios de la noche” repasa la vida y el trabajo de astrónomos que acabo de nombrar… Pero hay libros muy lindos y casi diría indispensables, como Cosmos de Carl Sagan, o Cosmos Mundos Posibles de Ann Druyan en la actualidad; libros de divulgación que hoy hay muchos en cualquier librería de astronomía, y el mejor será el que nos llame la atención y nos dé ganas de leer esos títulos que aparecen en el índice despertando nuestra curiosidad…


Devenir111:
¿Alguna película que remita a la noche/el cielo y te haya marcado o te parezca significativa?
Sebastián:
Sin dudas la película “Contacto”, novela de Carl Sagan de los 80’ que luego se llevó al cine con Mattheu McConahugey y Jodie Foster como protagonistas, relata la posibilidad de contactar con una civilización extraterrestre, pero escrita por un científico, con un basamento muy realista, concreto, posible, que algún día nos ocurra algo parecido. Obviamente también “Interestelar”, en la que intervino Kip Thorne, Premio Novel de Física precisamente por el estudio de agujeros negros, quien diseñó Gargantúa, el agujero negro de Interestelar. “La llegada” es otra película extraordinaria, habla sobre la posibilidad de comunicación con una civilización fuera de la Tierra, con alguien que ha tenido una línea evolutiva totalmente diferente a la nuestra, que viene de un mundo distinto y tendrá una biología insospechada para nosotros…



Devenir111:
Para terminar… Solés construir modos diversos de emprender y divulgar. ¿En qué estás trabajando ahora?
Sebastián:
En varias cosas… Estoy a 20 días de viajar a Brasil a una misión análoga, simulada de una misión a Marte en un hábitat que depende de la Universidad de Río Grande del Norte en Natal. Investigando algunas cosas que tienen que ver justamente con la gestión de residuos en un ambiente cerrado, como sería una colonia en Marte o en la Luna, y sobre instrumentos de observación orientados al cielo de Marte. Trabajando en esa misión con un grupo de ingenieros europeos el acceso al espacio de personas con discapacidad; cómo deberían adaptarse los trajes espaciales, los hábitats, las naves, para que seguramente de aquí a 20 años como mucho, quienes no cumplen con los requisitos de elite que tienen hoy los astronautas puedan acceder también al espacio. Algunas muestras que van a mezclar arte y ciencia que proyecto para cuando vuelva de Brasil. Otra muestra para un museo del exterior relativa a la enseñanza de la astronomía a personas ciegas, tema que desarrollo hace 25 años. Los cursos que doy anualmente –de historia de la astronomía, de astronomía general, de herramientas didácticas para la enseñanza de la astronomía-. Dos libros que preparo para el año que viene. Y los talleres y conferencias que vayan surgiendo…
Sebastián Musso, divulgador científico de astronomía, periodista, nacido en Mar del Plata Argentina. Fundador del Centro de Estudios Astronómicos de Mar del Plata, representante para el país del programa UNAWE, Director del Área de Enseñanza y Accesibilidad del proyecto internacional AstroTES. Conferencista internacional ha realizado proyectos, muestras, talleres y publicado innumerables artículos en medios especializados. Sus últimos libros son “Genios de la Noche” (2009-reediciones en 2013; 2015 y 2022), “Al Universo con escalas” (2014); “El Principito recorriendo otros mundos” (2015-redición en 2016) y “Astronomía Ilustrada” (2019).
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