Yuleisy Cruz Lezcano: «La noche distinta»

Entre la multitud

Avanzo con pasos líquidos
cruzando cuerpos,
objetos y parapetos.
Cruce de últimas noticias
aceleraciones
en un pronóstico del tiempo
y llamamientos conjuntos.
¿Recuerdas ese poema
de Eugenio Montale?
Lo leeré en tus labios
entre una multitud
de rostros perfectos,
me sentiré protegida,
seguiré la dirección
que tus pupilas me señalarán
y el olor a nieve.
Me hablarán tus ojos
por el alba de tus cejas.
Entre mil sombras
una refleja será
la luz que llega
de tu palabra callada.

La noche

Nunca una noche se parece a otra.
Hoy tiene la forma de una anciana que camina descalza,
huesos que crujen con cada movimiento.
A pesar del peso del dolor no baja la barbilla.
Estrellas brillantes, sus ojos aún
jóvenes,
encendidos por tiempo indefinido
siguen cada estrella
pegada a su puerto.
Hablo de hoy e imagino
otro día, cuando todavía
nada había pasado, era agosto.
Un rastro brillante como un cometa mi memoria habla
de la noche dulce y melancólica,
sigue un momento astral.
Instantes reflejos oscurecidos
por las franjas de luz de las farolas.
Era de noche cuando... nadie,
nadie escuchaba
mi sueño lagrimoso
después de deslizarse y caer
en el telón de la mente,
sobre el cuerpo entumecido
ahora algo yace indefenso
se pega.
El dolor no duerme,
respira suavemente
está volviendo al negro.
Amar duele
cuando encajas la mirada
en los ojos estrechos de alguien
y ese alguien se va,
llevándose lo que a penas
habías comprendido
y no dejas de sentir.

Pido disculpas

Pido disculpas
si a veces no puedo
ser feliz
durante el choque de las copas,

tengo un apartamento pequeño
donde llego casi sin caminar.

En la calle encuentro
siempre tiempo
para conversar, para saludar,
para levantar los ojos
hacia una rama, cortar
un pedazo de cielo
y entre el arrullo de aves,
abandonarme en un suspiro
que se devuelve
a los viejos pintores holandeses.

Mi perro todavía está vivo
y me celebra como si yo fuera otra,
la mejor dueña del mundo,

tengo un trabajo,
no estoy enferma,
que yo sepa,
y aunque si lo estuviera
en este momento yo
soy prueba de que lo que tengo
no es mortal;

tengo esperanzas,
un proyecto,
soy consciente del amor
que en la reunión nocturna
de cuerpos cae sobre la palabra.

Ahora,
tengo la decencia
para no quejarme de mi misma,
tengo amigos
que a veces me dejan sola,
pero nunca
cuando estoy enferma;

y el pasado solo existe
en las nubes
que deshacen sus letras.

Pido disculpas si
a veces
no soy feliz,
llevo un viejo luto,
neciamente me seduce,
entre flores,
como sierpe venenosa
me abre un hueco
y el dolor me habita, me engendra
con la medida del secuestro.

Valsesia

Yo vengo de un país donde la espuma
besa palmeras con rumor salino,
pero es aquí, bajo este monte divino,
donde entendí que el alma se perfuma.

Varallo, flor de piedra que rezuma
siglos, y el Sesia —como fiel destino—
me habla en su lengua de cristal y pino
mientras la niebla en el ciprés se esfuma.

¡Oh Valsesia! Jamás pensé que un valle
pudiera alzar mi voz con tanta calma,
ni que un altar nevado al viento estalle

y me devuelva intacta, pura el alma.
Desde el Caribe vine… y aquí el detalle:
en ti encontré la patria que me embalsama.

Tras el cristal del catalejo
(Alagna, Monte Rosa)

Dos lentes redondas me abren al mundo,
silencio profundo que corta el aliento.
La cima se encoge dentro del ojo,
la vista contiene todo su tiempo.

¡Ahí van los íbices, sombras antiguas!
Fósiles vivos bordeando el abismo,
cuerpos de ámbar, en frágil camino,
que al cielo desgarran con cuernos de estirpe.

Se mueven despacio, como los sueños
que cruzan el alma sin dejar huellas.
Cada pisada es granito y es bruma,
es peso y es danza, rigor y belleza.

Arriba, en la nieve, un trazo de sombra:
¿es lobo o pregunta colgada en el blanco?
Su huella es de carbón, su forma es silencio,
su estampa se pierde detrás del quebranto.

Debajo, los cascos golpean la piedra,
chispas que nacen como meteoritos,
fragmentos de fuego que el viento levanta
desde la entraña del monte infinito.

Se siente el temblor de lo que no llega,
la tensa quietud entre el paso y el salto,
el filo aguzado de vida o caída,
del que caza y busca su forma en el manto.

El tiempo se calla, retiene su pulso,
y el viaje se torna puro presentir:

el paisaje deja de ser lo que es
y pasa a ser algo que no sé decir…

...pero aún lo contemplo, sin voz ni palabra,
fuera del vidrio que sabe mentir.

Raffaele Tosi, el poeta del alba montañesa

Nació entre cumbres donde el aire reza
sin palabras, donde el sol recién nacido,
se vuelve llama en el perfil erguido
del Monte Rosa y su silente alteza.

Raffaele Tosi miraba el mundo con certeza
de quien ha visto el infinito erguido
en un arroyo claro, en lo escondido
de un canto de campana que regresa.

No hablaba de los hombres: los soñaba.
El río, los abetos, la nevada,
eran su alfabeto puro, su lenguaje.

Y al nombrar Varallo, el alma le temblaba,
como si en cada verso despertara
el corazón de toda la Valsesia en viaje.

Yuleisy Cruz Lezcano, escritora, poeta, profesional en Ciencias enfermerísticas y obstetricia y en Ciencias biológicas. Nació en la isla de Cuba el 13 marzo de 1973, vive en Marzabotto (Bolonia; Italia). Ha publicado los libros «Doble acento para un naufragio», 2023 ( Español – Portugués). «L’infanzia dell’erba», 2021. “Demamah: il signore del deserto –Demamah: el señor del desierto”, 2019. “Inventario delle cose perdute”, 2018. “Tristano eIsotta. La storia si ripete”, 2018. “Fotogrammi di confine”, 2017. “Soffio di anime erranti”, 2017. “Frammenti di sole e nebbia sull’Appennino”, 2016. “Credibili incertezze”, 2016. “ Due amanti noi”, 2015. “Piccoli fermioni d’amore”, 2015. “Sensi da sfogliare”, 2014. “Tracce di semi sonori con i colori della vita”, 2014. “Cuori Attorno a una favola”, 2014. “Vita su un ponte di legno”, 2014. “Diario di una ipocrita”, 2014. “Fra distruzione e rinascita: la vita” , 2014.“Pensieri trasognati per un sogno”, 2013. Su poesía es presente en distintas antologías y revistas sea italianas sea Internacional y ha sido traducida en distintos idiomas.
https://www.yuleisycruz.com/chi-sono/
https://www.facebook.com/yuleisy.cruzlezcano

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