El payaso triste Soy un poeta negativo pero lo peor de todo es que mi negatividad no es del todo sincera: llevo una máscara graciosa sin embargo me embarga la pena hacer versos debería ser señal de tener una gracia y no una cadena llevo una máscara generosa tejida por musas borrachas y venenosas quimeras soy un cómico en el traje pavoroso circunspecto piojoso de un poeta llevo una máscara gloriosa pero quiero que sonría el niño asordinado con poéticas qué payaso más triste en medio de la carpa silenciosa sepulcral de la biblioteca llevo una máscara melodiosa pero no me hacen feliz mis poemas todo es hacer pompas en el aire del drama todo es un Fénix de amargura y tragedia llevo una máscara hermosa maldita poesía maldita belleza. de El lado opuesto al viento Parnass Ediciones, Barcelona, 2010 °°° El encargado Bueno, de acuerdo, mira, esto es lo máximo a lo que pueden aspirar los tipos como nosotros: no hay más. CHARLES BUKOWSKI Fue mi jefe en aquel almacén de La Moraleja¹, aquella mañana de derrota, quien me hizo la pregunta inesperada cuando confesé que no me gustaba el fútbol y que mi pasión era la escritura: —¿Eres un hombre sensible? —Tan sensible como cualquiera que lo sea, pero con un detalle: soy receptivo al mensaje oculto de la vida, por ello me encargo de transmitir lo que otros no pueden a través de la función de las palabras. Aunque no siempre funciona. Pareció comprenderlo. Algo brillaba en la superficie triste de sus ojos. Uno se da cuenta, tras empaquetar decenas de miles de relojes caros (junto con tus emociones más profundas), que el cliente no apreciará en el pedido nada más que el lenguaje de una estúpida y perfecta maquinaria. Hay que seguir trabajando. de Huelga decir, 64 poemas sobre una crisis. Boria Ediciones, Murcia, 2019 _______________________ ¹La Moraleja: Una de las mayores urbanizaciones con mayor renta per cápita de toda España, situada en la zona norte del área metropolitana de Madrid. °°° Cuando estás pidiendo demasiado Caminas, otra vez solo por la ciudad de los errores, recordando al ángel azul que despertó este corazón que planeaba ser piedra. Y casi sonríes. Y casi rompes a llorar. El amor, qué tontería, te dices... Pero no dejas de sangrar. de Algo te queda, una mirada hacia atrás, libro finalista del XXIV Premio de Poesía Ciudad de Salamanca. Ediciones Vitruvio, Madrid, 2022
Abel Santos, escritor (Barcelona, 1976). Ha publicado los libros de poesía Esencia (1998), El lado opuesto al viento (2010), Todo descansa en la superficie (2013), Jass (2016), Las lágrimas de Chet Baker caen a piscinas doradas (2016; segunda edición 2017), Huelga decir (2019), El camino de Angi (2020), Algo te queda (2022, libro con el que quedó finalista del XXIV Premio de Poesía Ciudad de Salamanca), y su Antología Poética 1998-2014 Demasiado joven para el blues (2014). En 2015 coordina la antología La casa de los corazones rotos. En 2018 gana el II Concurso de Poesía “Perfecto Esperpento” contra el Estigma en Salud Mental. Algunos de sus poemas han sido traducidos al árabe clásico, al catalán y al inglés.
www.abelsantospoesia.blogspot