
“He dado el salto de mí al alba / He dejado mi cuerpo junto a la luz / Y he cantado la tristeza de lo que nace” A. Pizarnik
Aquí la sombra
la profundidad de
las hojas pudriéndose
este olor a cenizas
y pájaros caídos
En este preciso rincón
se desgajan los terrones
como animales
que me acechan
Miedo
a ser enterrada viva
sin velas
con la matriz
ya estéril
y tantas líneas
en el rostro
que sonríe
a la cámara
como si todo
estuviese bien
como si
la turgencia
de mis senos
aún entibiace
esas manos que besé
alguna vez
rama
abandonada
en la hondura del bosque
tan fácil
quebrar
de una pisada.
De Lejos del Paraíso
——
Estas manos manchadas
este cuello
antes de cisne negro
que aceptaba gozoso
Ignominia
de las líneas que rasgan
despiadadas
Y eso que recuerdo
tan bien
en la piel de una niña
que fui
dónde
De Lo que persiste
——
Doy vuelta el pan
De espaldas no
te escucho
El Cuerpo
de
Sin embargo
dogmas y templos
nos quedaban lejos
Aunque una vez
bajo una cruz azul
fui expulsada por fin
mortal pecado
Corrí bajo la lluvia
corrí sangre y escarcha
o quizás
no llovía
El Cuerpo
de
Pero a mí
sólo me importa
el tuyo
que alimenta el caudal
de las acequias donde
el sol es una roja boca
que no cede.
Alba Murúa, poeta. Nació en Buenos Aires y vive en el oeste del conurbano bonaerense. Es profesora de lengua, literatura y latín, además de coordinadora de talleres literarios. Formó parte del colectivo cultural Malapalabra. Publicó: Lejos del Paraíso. Laferrere: Piedra al Cielo, 2015. Algunos de sus poemas han sido incluidos en: Hasta la vida. Buenos Aires: ECuNHi Ediciones, 2016; Alto Guiso –Poesía matancera contemporánea-, Buenos Aires: Leviatán, 2017, entre otros. Forma parte del comité editorial de la Colección Alto Guiso de Editorial Leviatán.
www.albamurua.com