Del eco de la herida
no pregunté la causa
de la falta de filo
en lo que sangra
o por qué no han crecido los gladiolos
que él solía plantar en el invierno.
De Zonda
Has olvidado tanto:
él se ha ido
el gran memorioso
y vos sombra que sombra
luciérnaga en otoño
Así
quedaré llena de dudas
soplaré tu partida
blanca florcita de panadero
desparramada
su belleza.
De Sangre
Esa guadaña me cae mal.
Prefiero la de mi tío
con aroma a pasto
vibrando en primavera.
Espero
(aunque me digas crédula)
que tu guadaña pierda el filo
cuando roce esos cabellos que adoro.
Empujaré septiembre
contra tu helada condición
saltaré sobre el trébol
y rodaré sonriendo
colina arriba
inalcanzable.
De Malapalabra
Te vi de pie
junto al macizo de alelíes
bajo la luz lunar
te vi.
No hablabas
pero algo me decías
en una lengua hermética
cuya llave he guardado
sin saberlo.
Temblé.
Después supe que
muy lejos de allí
al fin te había alcanzado
la Mendiga.
De Malapalabra
Suavemente presiono
los huesos de mi rostro
las órbitas, la frente,
esta mandíbula
mis pómulos,
herencia de la tierra
todo aquello
que ya no será más.
Me deleito en las falanges
Acaricio con dulzura
los nudos de mi índice
antes de que
la Peregrina arribe.
De Malapalabra
Alba Murúa, poeta. Nació en Buenos Aires y vive en el oeste del conurbano bonaerense. Es profesora de lengua, literatura y latín, además de coordinadora de talleres literarios. Formó parte del colectivo cultural Malapalabra. Publicó: Lejos del Paraíso. Laferrere: Piedra al Cielo, 2015. Algunos de sus poemas han sido incluidos en: Hasta la vida. Buenos Aires: ECuNHi Ediciones, 2016; Alto Guiso –Poesía matancera contemporánea-, Buenos Aires: Leviatán, 2017, entre otros. Forma parte del comité editorial de la Colección Alto Guiso de Editorial Leviatán.
Web: https://albamurua.com/
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