Al parecer dejé el whisky
Madre
ni siquiera hoy que hago memoria
del día que me naciste
tenía yo para ese entonces
toda la geografía a mi favor
el barrio abierto
por la calle Pampa
la ilusión de un nacido
a finales de los '50
ahora que me falta
tu grito de parto
que al final no recordaré
como tampoco
tu suspiro de muerte
entre los trapos donde
me acunaste rendida
hoy es un día más
en el que vuelvo de la muerte
yo que de morir sólo sé
lo que me dejaron
tantos muertos a mi lado
pero por qué le doy
entidad al cementerio
en este día donde vuelvo a nacer
recordando tu mirada
Madre
que bien pariste esta poesía
que de otra manera
no hubieras imaginado.
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Nuestra casa es una isla
a veces a la deriva
otras a puerto y espera
le sobran frutas y hormigas
por eso constituye una naturaleza
cada vez más cercana
se aproxima a nuestro llanto
cuando no queda más lluvia
se aproxima a nuestra oscuridad
cuando no queda más noche
la casa es una prolongación
de nuestro sistema linfático
si se la observa en detalle
hasta se puede ver
nuestros cuerpos desechando
toxinas entre las ramas
hay árboles frutales
rosa china
menta sobreviviente
a esa flora llegan
los pájaros y las canciones
vos barrés el otoño que queda
ya se asoma septiembre
para sacarnos del frío
la granada florece y cae
se parte podrida
sólo para evitar una guerra
/para que pasen estas cosas
el sol alumbra la casa.
Daniel Quintero, poeta, escritor.