Guillermina Munafó: «La llegada de una vida nueva»

“Un parto es dejar partir al otro que fuimos, atravesar esta experiencia es entregarse con todo lo bueno, con lo positivo. Creo que uno no vuelve a ser igual.”

Devenir111. -¿Qué es la “obstetricia”?
Guillermina. –Desde lo teórico es una especialidad médica que se ocupa de la salud de la persona gestante, tanto durante el embarazo, durante el parto, como en el momento del puerperio.

Devenir111. -A la hora de los hechos, ¿nos podés contar en qué consiste tu trabajo, cuáles acciones y facetas están implicadas?
Guillermina. -Mi trabajo consiste en acompañar a las personas gestantes y a sus parejas, familiares o acompañante que esa persona elija. Ayudarlas a transitar tanto el camino de la búsqueda y control del embarazo como el control prenatal y el control y asistencia durante el nacimiento y el puerperio. También actuamos en el manejo de las complicaciones y de la toma de decisiones en conjunto y que estas sean consensuadas e informadas con cada familia.

Devenir111. -Entendemos que el avance de la medicina coincide con un grado cada vez mayor de especialización. Y que el proceso “gestación-parto-puerperio” involucra realidades diversas e intensas –que no se reducen al organismo de la progenitora-. ¿Cómo se articulan ambos aspectos? ¿Tu tarea se despliega en concurso con otros abordajes? ¿Cuáles?
Guillermina. –Son varias las facetas que se encuentran involucradas, ya que es una de las pocas situaciones, en medicina; junto con los controles posnatales del niño sano, en las que las personas asisten a controles de salud sin tener patología alguna. Por el contrario; nosotros acompañamos a personas sanas durante un momento único en sus vidas como es todo el proceso de la gestación y del nacimiento. Particularmente en mi, eso hace que se desarrolle un vínculo con cada familia que es bastante especial. Es un vínculo basado en la confianza. Se establece una relación médico-paciente desde ese lugar y eso es muy gratificante. Me gusta, a su vez, entender al ser humano desde un modo bio-psicosocial y no reducirlo solo a un modelo biologisista. Agregaría como parte de este modelo integral la parte holística, que creo que es sumamente importante. Ninguna persona es igual a otra, ni tampoco lo es su situación actual emocional o social respecto a alguna otra experiencia anterior o similar que haya atravesado. Por eso creo que en el contexto de atender pacientes esto es de suma relevancia, ya que es lo que me permite realizar un acompañamiento más humano, sin descuidar obviamente la parte científica ni médica.

Devenir111. -En el transcurso de tu función, ¿qué te pasa a vos, qué sentís ante ese acompañar y colaborar en cada nacimiento?
Guillermina. –La verdad es que los sentimientos son muchos, muchísimos. Uno se involucra mucho con cada paciente, con cada familia; asume muchos compromisos; pero, por supuesto que la alegría es inmensa cuando todo sale bien. Llorás mucho y te angustiás cuando algo no va como lo esperabas, o cuando se presentan complicaciones. Y se siente mucha satisfacción cuando uno logra conectar con personas desde otros lugares que excedan la atención médico-paciente. Es mucho el agradecimiento que yo tengo para con las pacientes y sus familias que deciden confiar en mi y que nos eligen tanto a mi como a mi equipo para ese momento que es único. Es muy importante, en la comunicación que se establece entre médico y paciente, generar en ellos confianza, que sepan que cuando eligen a un equipo o a un profesional, van a estar cuidados. Si bien, como personas no estamos exentos de que algo nos pueda ocurrir, de todas formas, es importante brindarles a los pacientes la tranquilidad de que van a estar bien atendidos y de que ellos son los protagonistas, tanto del control prenatal como del nacimiento. Es muy importante demostrarle a la paciente que se puede empoderarla desde ese lugar.
Cabe destacar, también, toda la otra parte de nuestra vida. Todas las personas que nos sostienen a nosotros en nuestra profesión y fuera de ella. Es muy difícil ser familiar, pareja o amigo de un/a obstetra, porque la mayoría del tiempo uno no puede asegurar que tenga disponibilidad de tiempo para los cumpleaños, para las juntadas, para lo social. Siempre estamos pendientes de algún llamado por alguna urgencia. También nos bancan el cansancio que conlleva la rutina.

Devenir111 -Va un planteo para que nos digas lo que se te ocurra: La palabra obstetricia abrevaría en dos acepciones del latín. 1) Estar a la espera –de ‘obstare’-. 2) Actividad de la ‘obstetrix’ –quien está de pie o enfrentada-. Conjugando, articulando, dos dimensiones que parecen distintas: la “espera”, y la “actividad” –en la obstetra y en la parturienta.
Guillermina. –La acepción que resulta más acertada es la de “estar a la espera”. En esta especialidad, el tiempo, la paciencia, el observar, el esperar son fundamentales. No estamos acostumbrados, en la vorágine en que uno vive, a tomarse ese tiempo y es sumamente necesario permitírselo; escuchar y acompañar desde ese lugar.

Devenir111. -Va otro planteo: La expresión “parto” suena paradojal: “venir/llegar” (al mundo), coincide con “partir”, suena a “salir/viajar”, como también a “cortar/quebrar”…
Guillermina. –Entrando en un terreno más filosófico de “venir”, “llegar”, o “partir”, “dejar”; está muy bien porque un parto es dejar partir al otro que fuimos, atravesar esta experiencia tanto de la persona gestante como de aquellos que acompañan, es entregarse con todo lo bueno, con lo positivo y, a su vez; con toda la incertidumbre, los miedos y la ansiedad que también se viven. Creo que uno no vuelve a ser igual, sin dudas.

Devenir111. -¿Qué es el “cordón umbilical”?
Guillermina. –El cordón umbilical es un tejido gelatinoso que une la placenta con el bebé a nivel del ombligo propiamente dicho. Está formado por vasos sanguíneos. En la vida intrauterina estos vasos son los que se encargan de llevar toda la sangre oxigenada con nutrientes desde la madre, desde la placenta hasta el bebé y transportar los productos de desechos a la inversa.

Devenir111. -Suele hablarse de distintos tipos de parto –natural, normal, en el agua, en cuclillas, con fórceps, Leboyer, cesárea, asistido, humanizado-… ¿Qué nos podés decir al respecto?
Guillermina. –Es cierto que los partos o nacimientos son varios. A mi no me gusta usar las palabras natural o normal; prefiero utilizar la palabra vaginal para un nacimiento o parto que ocurre por la vagina; parto o nacimiento por cesárea para aquel que ocurre por la vía abdominal, y los partos que se definen como instrumentalmente asistidos para aquellos que ocurren por la vía vaginal; pero en los cuales se utilizan algún otro instrumento como un vacuum o fórceps. Respecto del parto humanizado o respetado entiendo que nos referimos a la Ley Nacional N° 25929 que es de vigencia actual, en donde se establecen los derechos de toda persona gestante y del recién nacido, tanto para el momento de la gestación como para el nacimiento y el puerperio. Por supuesto que estoy completamente de acuerdo con esta ley ya que lo que intenta garantizar es que se respeten los tiempos de un trabajo de parto, que no se discrimine a la persona gestante, ni a sus familiares ni a quien la acompañe. Que se respete y valore la intimidad de esa familia, que la persona puede elegir quién la va a acompañar tanto durante el trabajo de parto como durante el parto y en el puerperio. Que el bebé esté el mayor tiempo posible en contacto piel a piel con la medre y luego en la internación; por supuesto a menos que necesite cuidados neonatales que no puedan garantizar esto; pero, así y todo, en el caso de requerir cuidados neonatales, que tanto la madre como su pareja puedan estar con el recién nacido. Que la paciente y toda su familia reciba la información que necesita en un lenguaje que entienda para poder tomar una decisión informada, conociendo también los riesgos y que se garantice el derecho a que pueda amamantar desde el primer momento del nacimiento, tanto todos los cuidados para el recién nacido en esta primera etapa e informar sobre todas aquellas cosas que puedan ser perjudiciales durante el control prenatal para la paciente.

Devenir111. -El hecho de que la mujer esté acompañada por personas de su confianza y afecto en el momento del parto ¿En todos los casos es positivo para la parturienta? ¿Te han tocado casos en que no lo fuera? ¿Genera en los profesionales una presión extra?
Guillermina. –Yo creo que cuando la mujer es libre de elegir a su acompañante o pareja siempre es una situación positiva tanto para ella como para el equipo de salud que asiste. La paciente se encuentra dentro de un entorno seguro, siente confianza, apoyo de parte de la persona que eligió, se siente contenida. Es decir, son todos sentimientos que brindan seguridad y que favorecen el desarrollo del trabajo de parto y del nacimiento. Una sola vez me tocó acompañar a una paciente con la que esto no sucedió porque la elección de su acompañante no fue acertada. Prevaleció ahí más un mandato familiar que la decisión genuina de la paciente. Pero después, particularmente en mi experiencia, no me genera una presión extra, al contrario, siempre me resulta beneficioso que la paciente esté acompañada.

Devenir111. -¿Qué pensás de los partos en los hogares? ¿Qué condiciones tienen que tener, tanto todo el proceso del embarazo como el hogar, para que el parto sea exitoso?
Guillermina. –Yo particularmente no asisto nacimientos en domicilios porque considero que aún no están dadas, en La Argentina, las condiciones de seguridad necesarias tanto para el recién nacido como para la paciente en el caso de presentarse complicaciones que requieran de una atención inmediata como ser las emergencias obstétricas. Considero también que la mayoría de los nacimientos de pacientes que son de bajo riesgo, no suelen presentar complicaciones obstétricas y de eso va a depender el éxito del parto en el domicilio. Así y todo, existen situaciones que pueden derivar en complicaciones que se pueden presentar durante un parto que son imposibles de prever, en las que resulta necesaria una intervención institucionalizada y apoyada en el concepto de maternidades seguras y centradas en las familias, en donde se garanticen estas condiciones obstétricas necesarias, tanto para la mamá como las neonatales para el recién nacido. Mi respuesta a esta pregunta no significa que esté en contra de los partos domiciliarios, si no que creo que lo principal dentro de cada nacimiento es brindarles la mayor atención y seguridad al recién nacido y a la paciente. No creo que se pueda garantizar esa seguridad en los partos domiciliarios. Sí considero que atravesar el trabajo de parto en el domicilio es muy beneficioso porque es un entorno íntimo, familiar en el que, durante todo ese período de preparación, de dilatación, una está en el confort del hogar y puede estar acompañada también por profesionales que tengan la experticia en controlar ese trabajo de parto, las contracciones, cómo se siente esa paciente, auscultar los latidos fetales luego de cada contracción para evaluar la vitalidad de ese bebé; pero llegado el momento del nacimiento, creo que es necesario que se realice en una institución que esté preparada para eso.

Devenir111. -Se rumorea que hay cierto exceso de partos por cesárea, vinculado a un negocio monetario: ¿mito o realidad?
Guillermina. –Si uno habla estrictamente de honorarios profesionales, tanto la cesárea como el parto tienen el mismo valor. La cesárea incluye, además, los honorarios del médico que ayuda y de la Licenciada en Instrumentación Quirúrgica, por lo que, desde este punto de vista, entiendo que los partos vaginales vs. las cesáreas son, o deberían ser, económicamente más redituables. Entiendo que si uno lo analiza desde lo que sucede, no creo que el exceso de los partos por cesárea se deba a algo económico, sino que intervienen las desventajas de la sobremedicalización de los nacimientos. La respuesta a esta pregunta abarca muchas cuestiones que son muy amplias que van tanto desde los efectores de salud privados y sus responsabilidades respecto de los nacimientos, como de la precarización laboral que tienen los profesionales de la salud, tanto médicos como licenciadas en obstetricia y de la poca valoración o educación de la sociedad acerca de lo que implica una atención médica profesional, lo que implica en cuanto a la formación y el tiempo. Es una problemática multifactorial.

Devenir111. -Los hospitales/sanatorios se definen menos como centros de promoción de la salud, y más como centros de atención de la enfermedad. ¿Te parece que ese lazo entre lo patológico y el embarazo/nacimiento, genere consecuencias?
Guillermina. –Si, por supuesto que sí. Como mencioné en las respuestas anteriores tanto el embarazo, como el nacimiento y el control del recién nacido son situaciones y acontecimientos fisiológicos en la vida de una persona. Es cierto que pueden asociarse a procesos patológicos o complicaciones tanto obstétricas como neonatales en donde resulta imprescindible, desde las instituciones o desde los hospitales, garantizar la seguridad y la atención de los pacientes, pero como bien dice el dicho: “El exceso de información genera confusión” y uno debe, como principio fundamental desde la visión profesional, primero no hacer daño. Las consecuencias, entre otras cosas, es que cada vez hay más familias que realizan planes de parto, que eligen a profesionales menos intervencionistas, a clínicas o efectores de salud que respetan y, a su vez, se les pide que garanticen los derechos básicos de la ley vigente. Si todo esto ocurriera y se garantizara para todos los sectores intervinientes en la atención de los nacimientos, estos no solo serían más humanizados, sino también más seguros para la paciente y el recién nacido. Así que sí, uno siempre conserva la esperanza de que todo vaya para mejor, lograr más empatía. Hay que trabajar mucho sobre eso y seguir haciendo incapié en que se respeten estos derechos .

Devenir111. -A la vez de específica, tu tarea se inscribe en “políticas de salud” y en “sistemas y dispositivos de salud”. Nos importa nos cuentes, según tu criterio, cómo estamos haciendo las cosas en Argentina, y qué considerás habría que cambiar/mejorar al respecto.
Guillermina. –En La Argentina el sistema de salud está conformado por la parte pública y por la parte privada y de las obras sociales. Es muy complejo. Las políticas públicas de salud en líneas generales son muy buenas, yo estoy muy conforme. Comparado con otros países de Latinoamérica, el acceso a la salud pública, así como también las coberturas en cuanto a vacunación y a la disponibilidad de recursos en los hospitales públicos, estamos bien. Por lo menos en CABA las condiciones son buenas. Sí, por supuesto, que uno quisiera que se extrapolara a todo el territorio nacional y que las cosas sean aún mejor, entiendo que faltan más cosas para que eso suceda, una de esas es la valoración del sistema público de salud por parte de la sociedad. Otra y diría la principal, es mejorar las condiciones laborales de los profesionales y de sus honorarios, tanto a nivel público como privado. Para disminuir el poliempleo que tenemos, y garantizar un honorario mínimo y ético para todos los profesionales. Eso ayudaría mucho a que mejoraran las atenciones en salud, a que exista una mayor equidad y no una desigualdad que se centre en lo socio-económico principalmente y abarcar el sistema de salud más desde lo preventivo, tendiendo más a la promoción de la salud y no tanto a patologizar la atención con respecto de los pacientes.

Devenir111. -¿Qué opinás sobre la decisión de abortar, y sobre la “despenalización del aborto”?
Guillermina. –Sobre la decisión de abortar no hay nada que opinar. La mujer que toma la decisión de abortar lo va a hacer. Uno como profesional de la salud lo que tiene que garantizar son las condiciones seguras para que eso ocurra. La verdad es que, desde un punto de vista histórico, el debate que se dio, gracias al feminismo, a la lucha para conseguirlo y para que se promulgue esta ley fue maravilloso. Esto es garantizar una política de salud pública a través de la justicia social. Que todas las condiciones para todas las mujeres se den sin importar su nivel socio-económico. El aborto es legal o es clandestino, no existen términos medios. Esto viene con una lucha desde hace muchísimos años en los se priorizó mucho la Educación Sexual Integral (ESI). El lema de la campaña para el aborto legal era: “Educación Sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal, seguro y gratuito para no morir”. A nivel personal, sin dudas, pienso que, dadas todas las situaciones que he tenido que acompañar a lo largo de mi carrera, desde los inicios en el hospital público, el hecho de que se haya promulgado la ley me genera una satisfacción enorme, no más muertes por abortos clandestinos.

Devenir111.- En referencia al disparador de este número de la revista… ¿qué es para vos “lo nuevo”? ¿qué, el nacer la vida?
Guillermina-Creo que como todo actualmente, aceptar que estamos en un sistema que cambia, que se modifica, que debemos ser empáticos e inclusivos en nuestra atención, así como existen tipos de familias diversas, existen diferentes formas de nacimiento y procesos de concebir un embarazo o de gestar. Uno no debe olvidar que está atendiendo personas, y cada realidad es diferente, es parte de nuestra responsabilidad como profesionales entender eso e intentar individualizar cada caso, no generalizar y menos aún emitir juicios de valor al respecto. Si logramos modificar eso, lograremos cambiar la forma de nacer. Cómo dice el reconocido obstetra Michel Odent, para cambiar el mundo es necesario cambiar la forma de nacer.


Guillermina Munafó, médica especialista en ginecología y obstetricia (UBA), docente del Método Frida Kaplan