Entre intercambios wasaperos y gripes tozudas, el decir ajustado de Agostina, especialista en reproducción asistida.
Devenir111:
A la hora de la reproducción humana, de concebir un hijo, ¿cuáles son los problemas que obstaculizan la fecundación, y/o cuáles las condiciones que la enmarcan?
Agostina:
En el caso de parejas heterosexuales las causas de infertilidad pueden ser masculinas, femeninas, o de causa desconocida. Dentro de las femeninas, la principal y que está en aumento, es la disminución de la reserva ovárica. La edad ideal para concebir es entre los 20 y los 30 años, pero actualmente son pocas las mujeres que eligen tener su familia a dicha edad. Con el aumento de la edad disminuye la reserva ovárica tanto en cantidad como en calidad. También puede haber problemas en la ovulación, en las trompas del útero, en la cavidad uterina o en los espermatozoides; por ello es importante estudiar todos los factores en paralelo.
Devenir111:
¿Qué otras razones, “no patológicas” para decirlo así, hoy demandan métodos de reproducción asistida?
Agostina:
Afortunadamente la medicina reproductiva en los últimos años ha avanzado permitiendo que diversos modelos de familia concreten su proyecto de ma-paternidad. Por ejemplo las parejas de mujeres tienen la posibilidad de hacer distintos tratamientos de reproducción asistida, ya sea inseminación o el método ropa, que es cuando una mujer aporta los óvulos y la otra lleva a cabo la gestación. Para parejas de hombres está la posibilidad de hacer subrogación uterina. Como así también mujeres u hombres que se encuentran sin pareja y quieren concretar su deseo de tener hijos.
Devenir111:
Habiendo distintas técnicas de fecundación asistida, ¿nos explicás en qué consisten, cómo operan?
Agostina:
Las técnicas de reproducción asistida se dividen en dos: las de baja complejidad y las de alta complejidad. Las primeras constan de relaciones sexuales programadas e inseminación intrauterina, en la cual se estimula la ovulación en la mujer y, en el período de la misma, se insemina la muestra de semen dentro del útero.
Entre las de alta complejidad mencionamos la fertilización in vitro (FIV) e inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI). En dichos tratamientos la fecundación se produce en el laboratorio. En ambos casos se comienza con la estimulación ovárica, luego llega la recuperación de los óvulos a través de una punción ovárica vía transvaginal, a continuación se unen los óvulos recuperados con los espermatozoides, formando embriones. En la FIV convencional, el óvulo y el espermatozoide se colocan en una placa de cultivo y se permite el encuentro en condiciones que simulan el proceso natural. Por el contrario, el ICSI consiste en la selección de un único espermatozoide para su inyección directa en el óvulo con una aguja. El embrión ya formado es el que se transfiere al útero.
En ambas técnicas de alta complejidad, en los casos donde haya un problema en los óvulos o en los espermatozoides, se puede recurrir a un gameto donado para poder concretar dicho proyecto.


Devenir111:
¿Hay circunstancias que recomiendan una técnica a otra; cuáles?
Agostina:
Las técnicas de baja complejidad se reservan para casos donde la mujer tenga menos de 35 años, búsqueda de embarazo menor a 2 años y cuando no haya una alteración en los espermatozoides o dicha alteración sea muy leve, ya que en esta técnica la fecundación se produce en forma espontánea dentro del útero femenino.
Las de alta complejidad se recomiendan en mujeres con edad materna avanzada, y en casos con baja reserva ovárica, alteraciones en los espermatozoides, en las trompas uterinas… Las técnicas de gametas donadas, ya sea óvulos o espermatozoides, se reservan para casos donde haya una alteración genética en los progenitores, la reserva ovárica de la mujer esté agotada (insuficiencia ovárica), ante la ausencia de espermatozoides, ante falla de tratamientos previos o cuando por ser un proyecto sin pareja o pareja del mismo sexo se requiera del otro gameto donado.
Devenir111:
En Argentina, las distintas prácticas de reproducción asistida, ¿están a la altura de las mejores en otros países, o no?
Agostina:
La medicina reproductiva tiene la dificultad de que maneja bajas tasas de embarazo. Aproximadamente para los tratamientos de baja complejidad es de 15 % por procedimiento, llegando a una tasa acumulada luego de 3 inseminaciones intrauterinas, de un 30 %. Los tratamientos de alta complejidad tienen una tasa de éxito de un 30 %, aumentando con los tratamientos de ovodonación a un 40 %.
Actualmente una técnica que se utiliza en forma internacional para aumentar la tasa de embarazo y acortar los tiempos hasta lograr el mismo es el diagnóstico genético preimplantacional (DGP), también conocido como PGT por sus siglas en inglés, que es una técnica de prevención que se utiliza en reproducción asistida con la finalidad de detectar anomalías en el material genético de los embriones. Se trata, por tanto, de una técnica complementaria que ayudará a elegir el mejor embrión para transferir en un tratamiento de fecundación in vitro.
Cuando se realiza el estudio genético al embrión previo a la transferencia los tratamientos de fertilidad tienen una tasa de embarazo de aproximadamente el 50 %, siendo la tasa más alta en medicina reproductiva.
Afortunadamente las tasas de éxito en Argentina son comparables a las internacionales.
Devenir111:
¿Y están al alcance de todos, o requieren una erogación económica relevante? ¿Se puede acceder a ellas a través de Prepagas y Obras Sociales? ¿Integran el Plan Médico Obligatorio? ¿Se realizan en Hospitales Públicos?
Agostina:
En Argentina la Ley de fertilidad 26.862 garantiza la cobertura tanto para pacientes con Obra Social/Prepaga o en el medio Público. La realidad es que aquellos que tienen Obra Social/Prepaga pueden realizar dichos tratamientos a través de las mismas, y Hospitales Públicos son muy pocos los que cuentan con los medios para concretarlos.
Devenir111:
¿Nuestra legislación vigente te parece adecuada? ¿Propondrías algún cambio?
Agostina:
En comparación con otros países la ley en Argentina ofrece una amplia cobertura para aquellos pacientes que presentan dicha patología. Un cambio que propondría sería en aquellas pacientes con diagnóstico de endometriosis que desean diferir la maternidad y congelar óvulos tengan cobertura, dado que actualmente ese tratamiento está contemplado por el Plan Médico Obligatorio sólo en casos de pacientes oncológicos. La endometriosis es una patología que afecta la reserva ovárica y la fertilidad y, por lo tanto, las mujeres que padecen dicha enfermedad deberían tener la posibilidad de preservar su fertilidad en forma gratuita.
Devenir111:
Según avanzan la investigación científica y las tecnologías, ¿cuáles considerás serán, a corto y mediano plazo, las novedades que surjan en el campo de la fecundación asistida?

Agostina:
En los últimos años fue muy importante el avance en el área. La primera niña que nació producto de una fecundación in vitro fue en 1978, Louise Brown. Desde dicho momento hasta la actualidad las técnicas fueron mejorando.
Hoy tenemos la posibilidad de ofrecer a las personas que efectúan un tratamiento de reproducción asistida realizar el diagnóstico genético pre implantación, lo que nos permite hacer una pesquisa genética previa a la transferencia embrionaria, disminuyendo considerablemente el tiempo a lograr el embarazo, disminuyendo la tasa de pérdidas de embarazo, así como el nacimiento de niños con alteraciones genéticas.
Otra área con avances muy prometedores es la aplicación de la inteligencia artificial.
Como les comentaba previamente la medicina reproductiva tiene bajas tasas de éxito. Es un área de la medicina donde hay todavía mucho por estudiar, con el objetivo de una medicina cada vez más personalizada, que permita conocer las causas de no embarazo para todas aquellas familias para las que aún no contamos con una respuesta.
Devenir111:
Y ese desarrollo, ¿qué interpelaciones éticas nos plantea?
Agostina:
Desde ya que el avance de la medicina reproductiva trae aparejado dilemas éticos, ya que estas técnicas vienen a ayudar cuando la concepción no puede darse en forma espontánea.
Un punto que suele ser difícil aún es acompañar a aquellas mujeres que consultan con una edad avanzada ya que, si bien las técnicas de fecundación asistida con la ayuda de las gametas donadas nos permiten hacer tratamientos hasta los 51 años, no es aconsejable la concepción luego de esa edad ya que con la misma también aumenta mucho el riesgo obstétrico y, por lo tanto, la posibilidad de lograr un nacido vivo, sano, sin complicaciones maternas y neonatales.
Devenir111:
Vivimos una época de cambios culturales que también atañen a la forma tradicional de entender qué es el padre –y nos parece que la existencia de prácticas de fecundación asistida participa en esa transformación-. ¿Cómo lo pensás? ¿Que es “ser padre” hoy, para vos?
Agostina:
Van algunas ideas…
Entiendo a la paternidad como un vínculo que se establece entre dos personas en forma dinámica con intercambio de amor pero también de aprendizaje para ambas partes.
Me parece muy interesante la propuesta sobre el padre, ya que muchas veces al hombre se lo subestima en los tratamientos de fertilidad en el marco de una pareja heterosexual, como así también no se sabe que parejas de hombres homosexuales tienen la posibilidad de realizar una técnica de reproducción asistida en Argentina.
Otro aspecto importante es que cada vez más se habla de la edad paterna avanzada, considerando la misma a los 40-45 años, a partir de la cual se ve una mayor incidencia de niños con autismo, acrondoplasia entre otras patologías.
Devenir111:
Vayamos a tu consultorio. ¿Nos contás, para decirlo así, quiénes y con cuáles inquietudes suelen consultarte?
Agostina:
Actualmente ayudo tanto a mujeres que deseen diferir su maternidad en forma más segura, preservando su fertilidad o sea, guardando óvulos, porque como dije antes desde la biología la edad óptima para lograr el embarazo es entre los 20 y los 30 años, donde socialmente muy pocas mujeres eligen hoy concretar su proyecto de maternidad. También ayudo a parejas que no logran el embarazo en forma espontánea, ya sea por un problema de fertilidad, por encontrarse sin pareja, o parejas de sexo igualitario.
Devenir111:
Concretamente, ¿cómo va desplegándose el procedimiento? ¿y cómo “acompañás” a quienes te consultan en ese proceso –que suponemos también puede resultar subjetivamente inquietante, hasta perturbador -, a la par de implementar las acciones estrictamente médicas o técnicas requeridas?
Agostina:
Se trata de una especialidad que nos permite acompañar a personas en su planificación familiar y, si bien es un proceso emocionante, a la vez es muy movilizador de emociones. Eso, acompañado de la baja tasa de éxito que tienen los tratamientos, lo que muchas veces conlleva a realizar más de uno para lograr el objetivo, hace que sea fundamental el acompañamiento empático y el trabajo en forma multidisciplinaria con especialistas del área de la salud mental.
Devenir111:
¿Por qué creés que te dedicás a lo que te dedicás? ¿Qué deseo te causa, qué disfrute te emociona al hacerlo?
Agostina:
La medicina reproductiva es una hermosa especialidad en la cual, partiendo del deseo de una persona o una pareja en cuanto a su planificación familiar, y conjugando el conocimiento científico, los acompañamos para lograr ese encuentro tan esperado; en el que muchas veces el camino se hace más largo, no es como lo esperábamos, pero cuando lo logramos la recompensa es enorme… Poder ser parte de ese proceso es muy gratificante!
Cada consulta nueva para mí es un gran desafío, que alimenta mi deseo por esta profesión y claramente en relación a esto seguir continuamente estudiando.
Agostina Piacentini, médica especialista en ginecología y obstetricia (UBA), especialista en endocrinología ginecológica y de la reproducción, docente. Miembro de la Sociedad Argentina de Endocrinología Ginecológica Y Reproductiva (SAEGRE) donde participa como docente. Ejerce su actividad profesional en el Hospital General de Agudos “Dr. Cosme Argerich” y en su consultorio de Fertilidad Procrearte e In vitro Buenos Aires.
IG: Dra.agostina.Piacentini