Rompe rompe el aire gastado de vicios un exuberante aroma a tilos adoquines en las calles del pintoresco Barrio un hombre con sombrero se recuesta sobre la puerta de un arrumbado bar solitario lejano retuerce su alma mira sin ver enciende una pipa el humo lo envuelve y, aunque en apariencia tenue, las densas volutas acorazan su piel inútil el abrazo la mueca sonrisa entreabre sus párpados a un vacío abisal no hay mirada opacidad una foto velada sólo una máscara.
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Llueve la noche lenta
Llueve la noche lenta entre nosotros, y atravesando las sombras húmedas de un eclipse de hojas a contraluz, se desliza el maquillaje que pintaba una sonrisa.
La oscuridad tendió su juego envolviendo tus pasos salpicados de recuerdos enlodados de baldosas rotas en el cada día de sueños que llegan a otra noche intermitente mientras escapa en tu boca una mirada fugaz, resabio de un deseo que se va.
Alejandra Marín, poeta nacida en Plaza Huincul, Neuquén, actualmente vive en La Plata.
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