Alejandro Rath: «Cine, sueños y Manifiesto»

Devenir 111: Hace años hacés cine. ¿Cómo se construye cine “independiente” hoy, cómo es la “diaria”?

Alejandro Rath: En mi caso armé una “productora”, somos varios en eso, y todo el tiempo estamos elaborando proyectos y trabajando en los de todos, lo cual le da continuidad a la cosa. Aunque cada uno pueda tener otra actividad parcial para sobrevivir –en mi caso, la editor-. Para el cine independiente los procesos son largos y dificultosos. El INCA requiere estar encima, ejercer cierto lobby y presión, un aparato montado de relaciones… que nosotros no tenemos y eso dificulta que la rueda gire. Los presupuestos suelen no alcanzar por lo que uno termina recortando ideas o planteamientos. Igual estamos acostumbrados y ya no sé si sabría hacerlo de otra forma. De movida estudié “Imagen y sonido” en la UBA, que es una carrera muy masiva por lo cual los recursos nunca alcanzan y te formás procurándotelos. También uno hace de la escasez virtud… y tiene cierto encanto que no esté todo resuelto. Con “Alicia” trabajé de otra manera, más holgada. Pero en general lo hago con equipos limitados, maleables, que se adaptan a diversas circunstancias que van pasando, y entonces la mente también labura de otro modo.

Devenir 111: ¿Es una modalidad instalada, hay perspectivas de algo diferente en la “industria cinematográfica” nacional?

Ale: Hay movimientos… Hay una transformación radical en la manera de consumir audiovisual… El “streaming” parece cambiarlo todo… Cuando comencé a estudiar ver un “clásico” no era fácil. Hoy tenés la historia a tu alcance, es muy loco eso; a la vez los pibes ven menos ese cine, se inclinan más por las series, lo que está de moda… Hay una transformación que excede a lo que uno pueda hacer. Para mí es una contradicción porque me formé de otro modo, con otro lenguaje. Tal vez el “cine” tenga un lugar de resistencia, termine siendo más de “nicho”, circulando en salas más acotadas. También se trata de ir ocupando los espacios. A nivel mundial tampoco es que haya bajado la cantidad de gente que “va al cine” como hecho cultural y social. Y hay que seguir batallando para que la concentración del mercado tenga otro tipo de regulación por parte del Estado, para que la gente tenga acceso al cine nacional y en ese intercambio también nuestro cine se transforme.

Devenir 111: ¿Hay países que lo organizan de otro modo?

Ale: Francia tiene una política intensa de difusión de su cine y de formación de público que atraviesa generaciones, se ve cine desde la escuela… Corea dio una batalla por la cuota de pantalla con el cine yanqui… Acá tenemos una muy reducida que ni siquiera se cumple, más aún para el cine independiente. Hay una concentración y extranjerización del mercado. Las grandes distribuidoras también dominan la exhibición de nuestras películas. Y lo que sucede ahora con las empresas de telecomunicación-streaming es más concentrado aún. Hoy Netflix es un monstruo. Recién se está viendo cómo se les “muerde” también a ellos, que buscan que el Estado financie producciones que terminen en sus plataformas…

Devenir 111: Desde otra perspectiva… Vos formás parte de dos “colectivos”… ¿Qué tipos de lazo van generando los que hoy hacen cine?

Ale: Hay un proceso de décadas. En los 90 con la “Ley de cine”… lamentablemente terminó armándose un coto cerrado, una camarilla que hacía difícil que otro asomara la cabecita… Ocurrieron dos fenómenos. El avance tecnológico que facilitó la ocurrencia de rodajes. Y el 2001 que hizo explotar la producción documental donde muchos realizadores comenzaron a filmar de manera independiente del INCA. Empezaron a armarse asociaciones que pujaron por una democratización del fomento –aunque hay de todo y se siguen cuidando espacios de poder e intereses- y precipitó una nueva generación de cineastas. Hay mayor circulación, intercambio, sobre todo de información pertinente, más posibilidades de inserción… Resulta decisivo continuar trabajando para facilitar la presentación de proyectos…

Devenir 111: Contanos en qué estás hoy…

Ale: A fines del año pasado presenté “Manifiesto” en Lisboa –Portugal también tiene una interesante cultura de cine, estuvo buenísimo- y pensaba estrenarla acá pero me agarró la pandemia; estamos viendo cómo hacerlo –tal vez on line-. Ahora escribo una ficción nueva y un documental que recién inicio junto a mi hermana. Escribir me resulta más problemático que los otros procesos, pero…

Devenir 111: De modo que tirás de toda la cuerda del proceso fílmico…

Ale: Sí. Es algo habitual en nuestro cine, artesanal y “de autor” digamos… Aunque mi forma de hacer es muy colectiva como para hablar de autor con un único nombre y apellido…; abro el juego, integro a todos los que intervienen. A la vez participo en otros proyectos de la productora, un documental sobre de un “cazador” de cazadores furtivos, otro sobre el artista plástico y fotógrafo Pedro Roth, y dos ficciones para el año que viene.

Devenir 111: En la variedad de cine que hacés siempre hay una juntura entre algo que te muerde en forma muy personal… y tu interés por lo colectivo, lo social…

Ale: Tal cual, es así. Lo pienso y me sale de ese modo. Aspiro a una transformación radical de la sociedad y eso tiene que ser una construcción colectiva. Aunque tengo una relación no sin conflictos con eso porque entiendo que conlleva crisis, dolor… Pero esa tensión entre lo personal y lo colectivo me constituye a mí… desde la transmisión política de mis viejos… y a mi forma de hacer cine, expresándolo… Es una exploración… como el psicoanálisis (Je)…

Devenir 111: De hecho en “Manifiesto” hay referencias al amigo Freud…

Ale: Bueno, hago terapia hace muchos años, lo he estudiado algo porque siempre me interesó. También por el lado del “surrealismo”, su búsqueda por momentos alocada y lúdica de acceso al inconsciente, a la vez ligada a la expresión artística, liberadora al atravesar esa barrera tan tajante entre consiente e inconsciente…

Devenir 111: Más allá del carácter general con el que rodás, decís en “Manifiesto” que su construcción fue un proceso particularmente colectivo…

Ale: En esa vertiente fue una de las experiencias más lindas de mi vida. También un proceso muy entregado a lo azaroso, a improvisar y armar en el ir haciendo. Todos los que participamos, incluso los que están delante de cámara, se prestaron a ese juego. Partí de algunas ideas… Trotsky le pide a Bretón la escritura del Manifiesto y Bretón entra en crisis con esa escritura, y cómo atraviesa ese conflicto entre sueños. Fui construyendo esos sueños con el aporte de los artistas y del equipo técnico durante el camino. Se debatía, armaba el guión, en el rodaje surgían cosas nuevas que volvían a alimentar el juego. Nos fuimos a una casa en la playa, era invierno así que estábamos prácticamente solos allí, todas las noches nos reuníamos a evaluar lo hecho y por hacer y así recreaba las pautas de rodaje…

Devenir 111: Respecto a tus anteriores films se advierte un tratamiento diferente de la imagen…

Ale: Sí, es muy distinta. Eso también fue traumático porque entendí que para “Manifiesto” quería otra cosa y entonces cambié no sólo al director de fotografía habitual –que además es mi socio y gran amigo- sino que incorporé otros integrantes al equipo. El Chaco aportó su carácter casi etéreo… También la imagen surgió del entusiasmo del trabajo colectivo. Hasta el afiche de la peli, que es una abstracción de una piña, toma ese elemento del bosque en la playa y a la vez del hacer conjunto.

Devenir 111: Una pregunta marginal… ¿cómo fue esa participación del perro en “Manifiesto”?

Ale: Jé… Yo quería… Hay un debate sobre el carácter de la amistad entre el hombre y el perro –en la peli Trotsky, que era muy amante de los perros, invierte los términos y afirma que hay una amistad entre el perro y el hombre-, y Bretón… surge cierto contraste con la ciencia… Siempre tuve muy buena relación con Pocho –el perro del sonidista de la peli-, vino con nosotros, en el rodaje fue un cuelgue seguir su movimiento, su entrar y salir de cuadro… y al final la cita de Trotsky donde pasa la posta, digamos…

Devenir 111: Contanos algo sobre el rodaje de tu film que subiremos a este número de la revista, “¿Quién mató a Mariano Ferreyra?”

Ale: El que haya sido una causa popular nos facilitó mucho la realización. La gente brindó elementos que en una producción normal abrían sido muy onerosas, se sumó, también hubo algo en verdad colectivo. Compañeros de Mariano estuvieron allí, fue todo el tiempo una adrenalina muy emotiva…

Devenir 111: Al final conversás con una frase de Rodolfo Walsh… Supongo habrás laburado para sacar la peli a la cancha a tiempo y modo de incidir en el proceso político-judicial…

Ale: Sí, nosotros queríamos estrenarla de forma tal que sirviera a la campaña por justicia, y de hecho traccionó para volver a poner el caso en agenda…

Devenir 111: Cambio de plano otra vez. ¿Si te digo sueños, qué te evoca?

Ale: Me parece que el cine es una buena herramienta para hablar de los sueños… Me interesa más ese aspecto que la mímesis con la realidad. O poner la realidad en cuestión, digamos… En todas mis películas, no sólo en “Manifiesto”, hay sueños… y cierto tratamiento audiovisual…

Devenir 111: Se me ocurre que ha de haber en vos cierta tensión entre una posición “científica/racional” y otra más volátil o cercana al campo “onírico”…

Ale: Sí… tiendo a pensar que esa tensión es más generada por nuestra existencia actual que algo inherente a mí. Son dos caracteres que debieran estar más ligados. Tal vez tenga que ver con mi perspectiva de que un régimen social distinto permita romper ciertas barreras al acceso a la poesía, al arte, para todes… Porque si además se quita el rasgo mercantil la ciencia tiene un rasgo creador maravilloso, corre límites de patrones establecidos… Aunque también es cierto que ese debate entre lo racional y lo artístico está en mí… y me llevan a explorar…

Alejandro Rath, director de cine. Nació en 1980 en Buenos Aires. Se egresó de la carrera de Diseño de Imagen y Sonido (UBA). Es montajista, guionista, director, productor y docente. Fue director de ¿Quién mató a Mariano Ferreyra?, premiada en el FICIP 2014. En 2019 estrenó su primer largometraje de ficción Alicia, protagonizado por Leonor Manso. En el festival Doc Lisboa 2019 se proyectó su segundo documental Manifiesto, protagonizado por Iván Moschner y Pompeyo Audivert.

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Entrevistador, Miguel Ángel Rodríguez.

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