Federico Lescano: «Notas a su imán»

  1. Vivimos en un mundo donde el silencio y la soledad son bienes escasos. Estados de ánimo lujosos.
  2. Los medios de comunicación de la dictadura cívico-militar tenían una batería de slogans que cada tanto descargaban sobre la población. Algunos eran afilados y hasta poéticos. Recuerdo el que dice: “el silencio es salud”. Cómo negar lo cierto, lo preciso de estas pocas palabras. Pero el tema no es este sino el contexto en que circulaban. En tiempos de terrorismo de Estado dicho slogan toma ribetes macabros. El mensaje dirigido a bajar la polución sonora de la ciudad en una segunda lectura, claramente, dice: Cállate, no cuentes, no protestes. El silencio como mordaza estaba ahí y las consecuencias por desoír el mandato podía costar la vida.
  3. La expresión “pasó un ángel” se usa para indicar que en una conversación se produce un silencio inesperado.
  4. Los espacios creados para reunirse (templos, estadios, teatros) al estar sin gente se pueblan de fantasmas. La ausencia de cuerpos y voces permite que el vacío crezca y se multiplique. El peso de la luz deja al descubierto el detalle, la labor de las arañas, el polvo suspendido en los espejos. Es aquí donde el silencio se hace puente.
  5. Abro el cuaderno y encuentro esto: la resaca crea una pátina entre la percepción y la cosa. Pedestal donde se posa el silencio. Silencio cubierto de líquenes, strass, carcomido por las olas.
  6. Se suele asociarle el bochinche con la alegría y al silencio con la tristeza. Pero no. Ya lo dijo Charly: “ El selección tiene ación”.
  7. La picadura que arde pide escuchar otra música. Escuchar el silencio: algo se cocina entre líneas.
    En la calle.

Federico Lescano (Bode), poeta, jardinero. Co-editor de la mítica revista Sexycangrejo. hastalavictorlaplace@gmail.com

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