Gabriel Dodero: «Las múltiples locuras del cine»

La palabra locura es usada en nuestra cultura para designar muchos más estados que su real significación. ¡Qué locura! Solemos exclamar ante un hecho positivo, estimulante, alejado de una de las situaciones más aterradoras del ser humano: el padecimiento mental y espiritual. La disrupción que atañe a la locura se convierte en metáfora de otras situaciones más banales que son disruptivas. Se aplica entonces, a la alteración de lo normalizado. Así, el adjetivo loco se aplica a una variopinta lista de sujetos con diferentes características: arriesgados, taciturnos, osados, desprevenidos, exaltados, incapaces, ineficientes, brutos, malvados, locos lindos, simpáticos, divertidos, irracionales.

El cine ha reflejado a través del carácter de los personajes esa diversidad, y cumple su función de vivenciar realidades de otro, ponerse en el lugar de otro.  Con la ventaja para el espectador de no tener que recurrir al chaleco de fuerza.

Recorriendo la historia del cine encontramos varias aristas de la locura. Sin ser exhaustivo intentaré repasar algunas de ellas. Por supuesto, muchas películas quedarán afuera, y sólo aludiré a unas pocas para abarcar esas características que antes mencioné.

El gabinete del doctor Caligari (1920, Alemania) Dirección: Robert Wiene:  la locura en su estado puro. Enloquecedor y enloquecido, el juegos de la mente del hipnotizador y el hipnotizado. El dominio de la mente poderosa sobre la mente débil, y eso nos hace pensar en ese sinónimo de locura utilizado popularmente: debilidad mental. Película que preanunció al nazismo con su locura de masas.

El testamento del Dr. Mabuse (1933, Alemania) Dirección: Fritz Lang: vuelve a aparecer esa idea del hipnotizador y en este caso ampliado a varios hipnotizados, algo así como la organización en función de un líder loco.  La maldad emparentada con la locura.

Ordet (La palabra) (1955, Dinamarca) Dirección: Carl Theodor Dreyer: trata la locura como opuesta a la razón, abordando la fe como opuesta a la razón. La locura y la fe se mueven en una delgada línea. El loco logra un milagro resucitando a una muerta a través de su fe vista hasta ese momento como un delirio místico. La comprobación de un milagro convierte a un loco a nuestros ojos en otra cosa y nos hace retrotraer y repensar al que antes tomamos por delirante. El resultado de la fe lo define como santo, la revelación: no era un loco era un santo. Si antes la locura se desplazaba hacia abajo, hacia un descenso al infierno, aquí se desplaza al plano superior, no sólo espiritual, el loco alcanza el logro extraordinario.

Luz que agoniza (Gaslight 1944, USA) Dirección: George Cukor: Aquí un marido malvado intenta hacerle creer a su esposa que está loca, por diversos trucos, destacándose justamente el de la luz a gas (transcurre en el siglo XIX), subiendo y bajando su intensidad a sus espaldas, para que crea que ocurre un hecho inexplicable. Basada en una obra teatral, dio origen a la expresión actual de “gaslighting” sinónimo de abuso psicológico en relaciones de pareja. Si en Ordet el loco no se cree loco como su entorno lo cree, en Gaslight la protagonista comienza a creer que está loca. La precepción y la autopercepción juegan un rol fundamental para pensar la locura.

Recuerda (Spellbound ,1945, USA) Dirección: Alfred Hitchcock: El psicoanálisis, al menos en una película masiva entra en escena y en abordar el tratamiento de la salud mental, el espectáculo no es tratar de salvar el mundo sino salvar la cabeza.

Psicosis (Psycho,1960, USA) Dirección: Alfred Hitchcock: El título no miente de qué va la película, psicosis a pleno. Desde los comienzos del cine encontramos películas que tratan la temática, pero esta obra maestra es estandarte hasta nuestros días de todo lo que viene delante y detrás. Podríamos englobar aquí toda la lista de psicópatas que protagonizan miles de películas y series, muchas basadas en hechos reales. Un buen ejemplo actual es la miniserie Dahmer (Ryan Murphy e Ian Brennan, 2022, USA) basada en la vida real del asesino serial Jeffrey Dahmer, con la genial interpretación de Evan Peters y una lograda representación de la sordidez.

La naranja mecánica ( A Clockwork Orange, 1971, UK-USA)Dirección: Stanley Kubrick: La locura de la violencia trasladada a un futuro incierto y distópico. El sometimiento al “Método Ludovico”, una técnica psicológica de rehabilitación conductista experimental pone en el tapete la deshumanización en pos de la “cura” y es la cara remozada de los viejos métodos de que tan bien expone “El Bosco” en el cuadro “Extracción de la piedra de la locura” mostrando una lobotomía medieval. Obra maestra de Kubrick.

Aguirre, la cólera de Dios (Aguirre, der Zorn Gottes  Alemania-Méjico-Perú 1972) Dirección: Werner Herzog: Es difícil saber si la locura del genial Klaus Kinski es una gran interpretación o simplemente es real. Como sea, perfecto para una historia de locura de ambición e incesto del siglo XVI.

Fitzcarraldo (Alemania,1982) Dirección: Werner Herzog: Repetición de la dupla geniales director y protagonista, aquí una locura más amorosa, la locura del amor por la ópera que lleva al protagonista a querer construir un teatro en medio de la Amazonia, para ello debe transportar un barco fluvial sobre un monte, la locura amorosa se transforma en megalomanía.

Taxi Driver (USA,1976) Dirección: Martin Scorsese. La sociedad alienante y la enajenación del trabajador aislado y su estallido. El “lobo solitario” que tanto se replica hoy en día.

Hombre mirando al sudeste (Argentina,1986) dirigida por Eliseo Subiela: La duda sobre la locura, la apertura a otra realidad o al menos a otra visión. Memorables actuaciones de Hugo Soto y Lorenzo Quinteros. Una de las mejores películas argentinas.

El silencio de los corderos (The Silence of the Lambs  USA,1991) Dirección: Jonathan Demme: Psicópata peligrosísimo ayuda a cazar psicópata. La fascinación de la locura a través del fascinante Anthony Hopkins.


Gabriel Dodero, cineasta. Egresado del ENERC. Docente de UNA (Universidad Nacional del Arte) y UMSA. Director, productor, editor, guionista y ensayista. Autor del Documental “Al Trote!” (2012) y el Cortometraje “Happy Cool” entre otras obras.

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