Sucede
Sucede como sucede el ocaso
o como se suceden los vientos en las planicies del desierto
La sombra de un animal se escurre
y subraya la noche
Solo la luna ilumina el cuarto
Pasadas las lluvias del verano el río se agita allí abajo
por la ventana abierta llega la música de una fiesta en el valle
Mi cabeza en su hombro
una de sus manos en mi pelo
el aroma de la piel es dulce
Él, que puede adivinar casi todo
no pudo notar que mi mano ya era una garra
ni que debajo de las sábanas mis piernas estaban cambiando
Siempre sucede
Apenas perceptible fue el crujido de la piel de la espalda al romperse
Atávicas
dos grandes alas negras
nacían
No quise levantar mi mirada y ver su rostro aterrado
Siempre
sucede
En el espejo se reflejaba mi figura atroz,
la cama, la ventana, el bosque, el río, la luna,
el universo
Él no dormía
podía verme
pero los corazones mantenían la cadencia rítmica de las tardes soleadas
cuando se ignora el tiempo
cuando se observa un lago
cerré los ojos
mi garra era puño confundido
Entonces
me abrazó aún más fuerte
sin decir palabra
acarició al pasar mis plumas, el pelaje, las escamas
monstruosa y enamorada
esta vez
permanecí en silencio.
Laura Lescano, historiadora, escritora, docente. Orientación en historia intelectual, análisis de discurso histórico e historia de las mentalidades.
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