
¿Hasta qué punto somos conscientes de la naturaleza de los cuerpos? Nuestra concepción individual nos lleva a concebir los cuerpos como recortes de la naturaleza, eliminando así toda nuestra relación con ella. En la medida en que el individuo se separa de la naturaleza, proporcionalmente crece su aparente «superioridad» en el abanico de formas de la creación.
Con la gracia del trazo busco desinflar estos aires de grandeza, demostrar la intimidad en la que nuestros cuerpos viven atravesados por la naturaleza. No podemos diferenciar una cosa de la otra, puesto que están hechos de la misma materia y ocupan el mismo lugar físico. Tanto es así, que una mirada más perspicaz podría llegar a confundirlos por completo, mientras que una mirada menos penetrante se conforma con un pequeño recorte de este complejo panorama.
Los cuerpos vuelven de su aislamiento a conectarse a la naturaleza a través del misticismo y el esoterismo.
La mística une a los cuerpos con ese Dios invisible pero tangible, a quien muchas civilizaciones -desde los griegos hasta los mayas- consideraron auténticas deidades; el Dios de Spinoza ha terminado de dar su visión en conjunto a todas estas formas divinas: la Naturaleza.
El esoterismo, medio a través del cual nos preguntamos ¿cuál es nuestro lugar en la naturaleza? ¿qué somos y que nos hace seres naturales?
Este enigma lleva al desarrollo de formas artísticas de conexión espiritual con el ambiente, que revelan las formas ocultas en las que el ser humano es capaz de reconectarse con estos senderos temidos y olvidados.
Lira Ruc, artista plástica nacida en Córdoba. Trabaja principalmente con estilógrafos y tinta, recurriendo a otras técnicas como pintura acrílica y collage. @liraruc.art