María Sueldo Muller: «Qué poco pido cuando me conformo…»

qué poco que pido cuando me conformo

con esta calma de vaca que pasta

contemplar la llanura

las variantes del clima

el alimento suficiente

y no pensar

el brete-el camión-el matarife

el gancho-el cuchillo-la heladera

nada de eso

elegir esta calma presente

una brisa agradable cruza el campo

mece el pasto abundante

hoy hay

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la presa que despedazan los perros

la que antes de saberse emboscada

mascaba el lento tiempo de la tarde

la que a fuerza de costumbre

había olvidado el miedo

confinada al absurdo de la supervivencia

gestando una prole que pronto aprenderá a escapar

que acabará alimentando  a la jauría

como la presa

que siente en los dientes

la certeza de un destino

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cuánto hambre saciaste

cuando en verdad

     sólo buscabas

           tu alimento

y no era ése

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y sin embargo

roe el tendón de las horas

se llena la tripa con intrascendencias

cuántos mediodías

intentando descifrar  un presagio

en el barullo de las chicharras

abrazada a mis rodillas

viendo hundirse las raíces azules de los relámpagos

¡ah!

todo ese devenir transcurrido

mientras un palito garabatea la tierra

dibuja el silencio

en el cielo raso del insomnio

cuando todo haya pasado

prendida a los últimos pelos de su rabo

qué no daré por recuperar algo,

algún ratito

para poder  perseguir una palabra

es cierto

se alimentará también de mis poemas

y sin embargo

***************

hiciste tu pan

no sabías cómo

no pediste ayuda

audaz, como siempre

pusiste harina

levadura

clavos

lo que creíste que llevaba

vidrios amasaste

lo horneaste impaciente

el hambre

el hambre

todavía caliente

devoraste

no estaba mal

para ser que no sabías

hasta rico podría decirse

si no se pone uno quisquilloso

el hambre

hace el resto

ahora pagás tu arrogancia

indigesto

tu propio pan

te retuerce las tripas

reacciona el cuerpo con furia

lo expulsa

pero el daño ya está hecho

se te irá la vida en las arcadas

no hay nada más que sacar

salvo vos misma

el hambre

acabarás arrojándote

vomitándote

a vos

en el baño

en el suelo

y nadie tendrá la culpa

era tu pan

comiste de tus manos

confiaste demasiado

(Poema publicado en “Alto guiso. Poesía matancera contemporánea”, Editorial Leviatán 2016)

María Sueldo Muller, poeta.

María Sueldo Müller nació en Buenos Aires en 1980.

Trabaja como profesora en instituciones secundarias y terciarias.

Publicó los libros de poesía Propia Sombra, Ed. Cruz de Mayo (2004) y El dedo cruel de la sonámbula, Ed. El Cardo Azul (2017). Textos suyos fueron incluidos en las antologías Alto Guiso: poesía Matancera contemporánea, Ed. Leviatán (2016); Nada de Poesía: pequeñas antologías, Ed. Piedra al cielo (2017);  Cartas desde Maule, cartas desde Buenos Aires, Ed. Inubicalistas, Santiago de Chile (2017); América, grito de mujer, Ed. Uniediciones, Bogotá (2017); Desde el aula: Ensayos, Ed. La brújula del Sur. La Plata (2018) y en varios suplementos y revistas.

Entre los años 2014 y 2016 participó del colectivo artístico Malapalabra con quienes publicó una revista mensual homónima.

En el año 2017 fue invitada al XI Encuentro Universal de Escritores “Vuelven los comuneros” en las ciudades de Santander y Bogotá, Colombia.

Desde el año 2015 participa del programa radial El puente: literatura y música, en la ciudad de Brandsen, donde reside actualmente.

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