Marina Centeno: «Boceto de la espera»

Boceto de la espera es una compilación de emociones circunstanciales y situaciones construidas desde una mirada poética sin identidad en formato de escritura y arte visual. La espera desde una perspectiva aventurera. Arraigada de un modo inverosímil a la irrealidad del poema. Trazos endebles de una historia traída desde el rascacielos de un romance ingenuo y persuasivo. La espera amurallada por versos, en su mayoría endecasílabos, ajustados, apretados y asfixiantemente turbios. Sin ambición, expectativa y empatía. Simpleza de un acontecer cargado de rutina dentro de una atmósfera compasiva ante la adversidad del tiempo. Cuando la lejanía se convierte en el boceto a la resignación.
Marina Centeno

Boceto de la espera

Si alguna vez me inclino como ahora
con ademán trémulo de sauce
habrá de ser para asomarme en vano
al opaco arenal que abandonaste
Rosario Castellanos
Rincones 

En la esquina de las cosas tristes
hacia el lugar donde me habita el miedo
la sanguijuela de las amarguras
busca rincones para las preguntas
y precipicios para los silencios

Espera melodramática

En esta sensación de melodrama
el último se aferra a su silencio
araña las paredes con palabras
cansado de bogar a contra-viento
por largos que parezcan los minutos
el péndulo del vicio se disuelve
en cada menester del taciturno
y entierro por error algún olvido
de modo que se caiga al precipicio
sin nada que llevar más que a mí misma
envuelta entre las telas del capricho
cubierta por el páramo del miedo

Parecerme a la noche por propensa

Uno alerta el vacío con sospechas
y se come las horas con preguntas
mientras todo se vuelca en la tristeza
que toma su lugar en las carencias
de recuerdos-paréntesis-poema

[Reseca de la raíz hasta la punta
sin nada que empatar a la osadía
le rompo el tirante a los alegres
y dejo que mi cuerpo sea volátil
tirando los fragmentos de mí misma]

Sombras

Las sombras también buscan su refugio
cubriendo al organismo insatisfecho
de pozos con su lúgubre aguadija
por eso las persianas del recuerdo
mantienen su hermetismo entre las horas
cayendo como fardos hasta el fondo
en medio de tormentas de recuerdo

Monotonía

Un día en el estanque de lo monótono
rozando el muslo de la melancolía
cada que la tarde llueve de tristeza
y la sed palpita en cada pájaro
no sabemos medir la palabra ausencia
aun así trotamos sin sentido
avanzamos abrumados por la huida
sabedores del vacío y de la ligereza
cuando la libertad sólo significa
abrir la carne y dejarse llevar por la marea

La espera

Las uñas de la muerte me lastiman
se clavan en el centro de mi cuerpo
y rasgan a los órganos que expulsan
fluidos de reclamo y de silencio
cubierta de quietud en cada pausa
parece que las horas atropellan
la suave sensación de la membrana
que envuelve con espinas al poema

La espera II

Por cada soledad surge una sombra
un hueco donde el tiempo se permite
llenar con languidez y pesadumbre
momentos que se crispan con el frío
y tiemblan los contornos del cuaderno
se llenan los renglones de intemperie
sin nada qué escribir como exigencia
en medio de este páramo de suerte

La espera III

Tocas la punta de mis cicatrices
atraviesas el mármol de mis ganas
y te internas como una enfermedad
por la ruta de los remordimientos
...otras veces ahuyento tu recuerdo
y divago en la lumbre del cinismo
para hacerme pedazos siendo nada
para hacerme total estando añicos

Premonición

Palpita entre nosotros la costumbre
de vernos como vemos a las rosas
que muestran sus racimos enredados
fingiendo la estación de la belleza
así como del borde se marchitan
los pétalos que acaban por caerse
cansados de la misma podredumbre
al ser protagonistas de lo efímero
mientras por el jardín cunde el murmullo
de secos organismos de nostalgia
que aplastan el verdor de la natura
y dejan su escozor como una pátina
...así somos los dos en la rutina
lanzando los suspiros de nostalgia

Parsimonia de la espera

Somos el gotear de la costumbre
con esa parsimonia que se enterca
en quedarse anclada a un sólo sitio
moviendo lentamente del paisaje
los cuatro o cinco ramos de suspiro
mientras flotan pedazos de nostalgia
me sorprende su pelo enternecido
en la franja del hombro a la barbilla
saboreando los sueños que no acaban
para hacerme humedad en el olvido
porque dejo a las horas en vigilia
y en lugar de comerme las angustias
me deshago entre letras-laberinto
que traspasan la luz con su premura
cuando todo prosigue en la rutina
aunque vuele la muerte sobre el musgo

El final

En la noción abierta de las horas
el péndulo del tiempo se estremece
porque le sobra ahínco a la penumbra
en el oleaje absorto del lenguaje
al volverse costumbre y homicida
para trazar temblores en la página
y no caer al fondo de la historia


A través del tic-tac es que se arrastran
los recuerdos en forma de quimera
y no tengo estupor que contradiga
la manera volátil de mis modos
cuando acabo entre rayas de cuaderno
con bocetos de olvido prematuro
en la espera que sabe de improperios

Marina Centeno, poeta, dibujante. Oriunda de Progreso Yucatán, México. Tiene 13 libros de poesía. Traducida a diversos idiomas. Sus dibujos se han expuesto en el Museo de arte erótico de Cuernavaca, Morelos; en la Galería digital La Náusea y en la revista Disidentes.
Blog: http://marinacentenopoemas.blogspot.com
Facebook: @marina.centeno.94
Instagram: @centenomarina
Tiktok: @marinacenteno400
Email: marina_centeno@yahoo.com.mx

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