tuvo que pasar la primevara
por el torpe decir de nuestras bocas
hasta encontrar una palabra
mejor contorneada en la pronunciación
que permitiera sostenernos en presencia
salir de la debilidad de una huída que se reitera
ante el brillo de los ojos que llaman
traspasar esa sonsera de querer y no querer
evasión del acto
simulacro de los cuerpos escondidos
en sus prendas elegantes
hasta dar con el abrazo
apretamos el silencio entre cuerpo y cuerpo
a lo sumo un leve cruce de miradas
no hubo palabra que estuviera a la altura de ese gesto
desde allí
se engendró una pluralidad de caricias
una ternura inusitada se abrió paso desde el movimiento de las manos
como si quisieramos pasearnos por el cuerpo
despeinaste mi cabello y me besaste
una vez y otra y otra
intermitencia entre el estropear y recomponer
eso que del otro habita y habla
aún estamos en la espera
de no saber
qué horizonte se dibuja
en este intento de acercarnos
qué grita ese gesto delicado
de tus dedos
aprisionando mi nuca
Marina Posata, escritora, poeta, psicoanalista, licenciada en Psicología.