Miguel Angel Rodriguez: Gracias, Tuqui

Desde un bar frente al Hospital Zubizarreta donde cada tanto Tuqui era internado como parte de su tratamiento médico, Diego Ciardullo me llama al verme pasar. Llegando a la mesa digo a viva voz: “¿Cómo andan, jóvenes?” –“Envejeciendo”, respondió Tuqui con esa repentización y ese tono tan suyos, capaces de trazar de inmediato una mueca de sonrisa en el mozo y en la bandeja que cargaba.
Tuve la ocasión de estar cerca del último proyecto emprendido por Tuqui. Cuando falleció, trabajaba en eso. Aquí les contamos en qué consistía incorporando material inédito.
Lo que sigue, cierta forma de homenaje, es un abrazo.


Gabriel Gustavo Pinto, alias “Tuqui” –devenir de “Tucán”-, nació en Buenos Aires un 22 de marzo de 1955 y murió en Mercedes (provincia de Buenos Aires) el 27 de mayo de 2019 a los 64 pirulos.
Imposible detallar el abanico polifacético de sus realizaciones, como humorista, actor, músico, escritor, columnista en radio y televisión…
Su popularidad comienza al borde de los 90 desde la Rock & Pop, punto a partir del cual trabajó con Mario Pergolini, Bobby Flores, Juan Di Natale, Elizabeth Vernaci… En pantalla suelen recordarse sus participaciones en Café Fashion, Justo a Tiempo y una seguidilla de programas de Susana Giménez.
Hace casi siete años un severo accidente de tránsito lo dejó en muletas y a la vez a la deriva del sistema de salud.
Desde entonces se fue alejando de los medios, tanto como los medios lo dejaron distanciándose de él.
Ello no le impidió escribir con regularidad para Border Periodismo notas de una arquitectura y lucidez inusuales.
Ni liderar la banda Tuqui y Los Pastafaris (TyLP).


Canción por TyLP -que también realizara con La Renga-; a los dos minutos «recitado» de Tuqui; audio (5.26 minutos):


Cuenta Diego Ciardullo (amigo y coautor del último proyecto de Tuqui):
Conocí a Tuqui en los 80, a mis dieciocho o diecinueve años, integrando el plantel de “Libro de Quejas” –una revista animada por una buena idea para la época, pero que no logró instalarse-. Poco después nos cruzamos casualmente en la costa, cada uno en lo suyo, haciendo temporada en Villa Gesell. Luego cuando edité “El Libertino”, en la Rock & Pop donde él trabajaba como humorista/columnista. Y podría seguir enumerando los variados elementos de esta suerte de serie. Pues ese ha sido, me parece, el rasgo distintivo que acuñó nuestra amistad: encuentros en la vida –intensos, agitados de conversas, bares, trayectos; de mutuo respeto y entrañable afecto-, distanciamientos –andares por caminos diversos-, y cada vez nuevos encuentros… Desde la última ocasión, iniciado el 2018, nos reuníamos diariamente. Y charla va charla viene, delineamos el programa de entrevistas.


Cuenta Gonzalo López (amigo y batero de Los Pastafaris):
Hace muchos años mis padres tenían un hotel en Santa Teresita. Yo iba más bien a
vacacionar y complicarles la vida, pero por las noches laburaba como sereno/conserje.
Cierta vez, cuando la mayoría de los huéspedes estaban en sus respectivas habitaciones ya
descansando, veo por la ventana que frena una moto. Su ocupante, un señor que estaba
en cuero, calzoncillos y medias de oficinista. Entra con cara de preocupado y me dice: –
“Hola ¿tenés una habitación? Ahora estoy sin un peso pero en cuanto cobre algo en el

sindicato de actores te pago.” Era nada más y nada menos que Tuqui –que acababa de
discutir con su pareja y finalmente se quedó un mes y pico-. Lo preocupante era al otro día
explicarles a m
is viejos que había hospedado a un personaje con tales características y
encima sin un mango. A punto de hacerlo suena el teléfono de la conserjería; atiende mi
madre y escucha que del otro lado le dicen: – “Holaaa ¿me traés a la habitación un vodka

bien cargado?” Esa llamada simplificó el relato… Y el resto es historia: a partir de allí nos
hicimos muy amigos –incluyendo a mi familia-.

Dos canciones de TyLP; audio (2.49 y 3.41 minutos):

La muerte no faltaba a la hora de charlar con Tuqui. Intervenía en un programa de radio, conversando con amigos; audio (1.08 minutos):

Tuqui fue un artista tan rotundamente culto como callejero. Que llevó una vida de espíritu anarco, nómade, intenso, lodonauta, desprendido.
¿Cuántas realizaciones presentó en diversidad de salas aquende y allende?


Reproducimos cinco chistes entre sus colaboraciones televisivas en “Susana Giménez” y “AM”; audiovisual (1.01, 1.52, 1.30; 1.49 y 1.07 minutos):

El termómetro

Estaba enterado del límite de su existencia, sentía su acecho.
En aquel entonces por distintos motivos se juntaba cotidianamente con Diego Ciardullo –un amigo en común-. Así pergeñaron para televisión un programa de entrevistas. Que lo ubicaba a Tuqui reflexivo, extremo, sin imposturas por lo que se tendría y podría perderse, desde un lecho litoral al morir. En charla filosa acerca de la muerte, con cada invitado.
Disfruté algunos encuentros preparatorios del proyecto, polemizando la vida.
Ya a punto de concretarse el programa –que hoy sigue en producción- me invitaron a participar de un “demo de prueba”.


Tres cortes breves –el primero de su presentación- que muestran en qué andaba el Tucán al final de sus días; audiovisual (0.56, 0.44 y 0.17 minutos):


Así respondió Tuqui por audio de whatsapp al convite que le formulara para participar en Devenir 111: «Che me encantaría, la verdad, me encantaría… Tengo un problema ahora que es que tuve un pequeño acv y no puedo usar el brazo derecho, asique no voy a poder escribir; y ocasionalmente pierdo el habla y tampoco podría grabar… ¿Asique si tenés un espacio que sea contar cosas por señas… (Risa)! Vamos a ver, estoy en rehabilitación, vamos a ver si esto se puede recuperar. Pero sí, me gustaría mucho, claro.”


No lo sé, pero si acaso leí bien lo que escuché y me iba diciendo Diego… cierto tiempo antes de morir, finalmente, como le salió, Tuqui decidió ir yéndose.


Hubo en su enunciación un modo desfachatado de hacer (humor) libre de comunes tonterías; denso, sutil, mordaz, vivo.


Chin chin, un abrazo y muchas gracias, Tuqui.

(Correspondemos fundamentalmente a Diego Ciardullo y Gonzalo López el aporte del material audiovisual que también integra esta nota.)

Miguel Ángel Rodríguez. licmar2000@yahoo.com.ar