Ronnie Camacho Barrón: «Hasta el próximo año»

Mi corazón late a mil por hora mientras preparo la comida, he practicado esta receta miles de veces, pero no puedo evitar sentirme nerviosa, tras un año de ausencia mi novio por fin ha regresado.

―Veo que le has puesto mucho empeño en mi bienvenida ―dice con una mezcla de incomodidad y tristeza a la vez que observa los pétalos de flores en el suelo y las decenas de velas encendidas que iluminan la habitación.

―¿Cómo no le iba a poner empeño?, lo hice porque te amo, además viniste desde tan lejos solo para verme.

―Gracias, pero antes de venir aquí pasé a casa de mis papás ―.

―Lo supuse, no te preocupes.

―Perdóname ―desde la cocina observo como aprieta los puños.

―¿Por qué amor?, ya te dije que no hay problema  ―me extraña su disculpa.

―No te pido perdón por eso, lo hago por lo que hice cuando me contaste tu secreto, confiaste en mí y en lugar de creerte te llamé loca, debí ser más comprensible, si tan solo no me hubiera marchado como un idiota nada habría cambiado, todavía podría estar aquí ―comienza a llorar.

―Las cosas que pasaron ya no pueden cambiarse, además, hace tiempo que te perdoné y desde ese día lo único que he deseado es volver a tenerte frente a mí, comer contigo una vez más ―con cuidado coloco frente a él un humeante plato de mole negro recién hecho.

Él aspira hondo su aroma y al instante una sonrisa comienza a infiltrarse entre las lágrimas que invaden su rostro.

―¡Huele como el que hace mi mamá! ―.

―Ella me enseñó a hacerlo, ojalá no hayas comido mucho en su casa, tal vez allá te prepararon lo mismo ―.

―No, en realidad, mamá y papá no hicieron nada, aun no superan que me haya ido ―noto como la tristeza lucha por regresar a su cara.

―Con el tiempo lo harán, tal vez no se acostumbren, pero sin dudas lo aceptarán, te lo prometo.

―¿Tú crees? ―

―Por supuesto, ahora come que se te enfría

Aunque no luce muy convencido, atiende mis palabras.

―¡Amor esto está bien sabroso! ―exclama con el rostro iluminado tras probar la primera cucharada.

―¿En serio?, estuve practicando mucho y no sabía si te gustaría.

―Te quedó fantástico ―no deja de comer y para no quedarme atrás, yo también me sirvo un plato y tomo asiento junto a él.

Por toda una tarde las cosas vuelven a ser como antes, comemos hasta llenarnos, recordamos todos los buenos momentos que pasamos juntos, le cuento que hay de nuevo en mi vida y él me cuenta sobre todo lo que extrañaba de estar acá.

Cuando la noche llega y él está por marcharse, culminamos la velada con un cafecito y un muy adecuado con el día pan de muertos.

―Gracias por todo ―chopea el último cachito que le queda en su café.

―No agradezcas. ya te dije que lo hice porque te amo ―ahora yo soy quien se siente triste, pues otra vez está por irse.

―Eso es lo que te agradezco, que me hayas amado ―se levanta de su silla.

―¿Te puedo confesar algo?

―Lo que quieras ―sonríe.

―A veces he pensado en irme contigo, sin ti, aquí ya no me queda nada y… ― me interrumpe.

―¡Ni siquiera lo pienses! ―aunque él no toca nada, la fuerza de su enojo es suficiente como para hacer que los platos en donde comimos salgan volando de la mesa.

―¡Cálmate, solo fue una idea! ―me cubro para no ser alcanzada por la vajilla o algún cubierto furtivo.

―¡Nada de ideas, donde se te vuelva a ocurrir eso, te juro que aunque nos encontremos de nuevo jamás volveremos a estar juntos! ―.

―Está bien, dejaré de pensarlo, solo calmante.

―¡Prométemelo!, por favor, necesito de alguien que me espere y que cuide de mis padres, por favor ―.

―Te lo prometo, cuidare de tus papás y te esperaré con ansias para que el próximo año volvamos a comer juntos ―me esfuerzo por formar una sonrisa.

―Gracias ―acerca su mano a mi mejilla y por unos escasos segundos, vuelvo a sentir su tibio tacto―. Nos vemos  ―se despide y a la par que se desvanece frente a mí, las velas que iluminan su altar de muertos se van apagando de forma paulatina hasta que la última pierde su brillo, como señal de que ya se ha ido.


Ronnie Camacho Barrón, escritor, Lic. en Comercio internacional y Aduanas, y Técnico analista programador bilingüe (Matamoros, Tamaulipas, México, 1994). Ha colaborado en decenas de antolgías y publicado cuentos, relatos y ensayos en revistas y blogs nacionales e internacionales. Autor de dos Novelas «Las Crónicas del Quinto Sol 1: El Campeón De Xólotl» (Amazon 2019) y «Carlos Navarro y El Aprendiz Del Diablo» (Editorial Pathbooks 2020-2022), también diez libros infantiles  «Friky Katy», «¿Tus papás son vampiros?», «El pequeño Rey», «Los Guardianes del bosque», «Erika otra vez», «José lo vio todo», «Una Amiga de las Estrellas», «Las Rivales», «Los Campeones» y «Los Trillizos mágicos», todos con la  editorial Pathbooks y traducidos en 6 idiomas, su más reciente obra una antología de cuentos titulada «Entre Nosotros» (Amazon 2021). 
Escritor Ronnie Camacho (página de Facebook)
rocamba17 (Perfil de Instagram)

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.