Truena el rayo ilumina la tormenta sin aviso me refugio debajo del techo de un balcón caen chispas de agua gruesas en la acera prendo un pucho y disfruto hasta que se suman al refugio dos hombres con el paraguas abierto ese utensilio portátil con varillas metálicas y tela hecho para ser olvidado en cualquier lado si hay viento se vuela si llueve mucho gotea como lo hace ahora el del tipo sobre mi remera me voy al cajero en el mundo los llaman ATM no sé qué significará pero con un nombre o el otro no hay plata era previsible es feriado doble equis los madrugadores se llevaron los pesos diría los pocos pesos estoy cansada de vivir en un país sumergido en la inflación desgraciada mis abuelos se quejaban mis padres se quejaban y yo me quejo aprieto el paso diluvio universal y entro a un bar y pido un café con medialunas dulces y tengo que insistir café solo porque al ser mujer te asocian con el cortado y te lo traen con leche y detesto la leche quién inventó el cortado debe haber sido alguno que quería café con leche pero chiquito miro por la ventana qué lindo es el ocio ocio es el disparador del próximo número de devenir111 mierda estos chicos siempre hacen usar la cabeza con sus temas pago con tarjeta fue tan solo un chubasco de verano y otro cajero vacío digamos ocio y dinero porque está bueno tener plata para pasar el verano entro a la panadería compro marineras sin sal tortitas negras de hojaldre extralaminado y no tengo efectivo y pago con tarjeta y voy a otro cajero también vacío y de regreso a la casa testeo las galletas las tortitas y en el paladar gustoso se diluye el alto precio del pan y las facturas cuando amaga a salir el sol preparo el termo de mate cocido la mochila con la muda de ropa los protectores solares cara y cuerpo la lonita el toallón gastado el cepillo para el cabello y el de dientes pañuelos descartables los lentes de sol y unas frutas y la campera rompeviento por si sopla el sur al atardecer así cargada como la mula cruzo la plaza y deseo el bondi y lo veo está ahí y corro y en desespero levanto mis manos y casi rueda el termo en la avenida el amable chofer en amable espera del corte de semáforo abre sus puertas y subo busco la tarjeta y la apoyo en la lectora y suspiro con alivio tiene crédito precio del boleto 98 pesos una locura y pago 44 por tarifa social aunque no logro ver el saldo sale el sol furioso llego a destino mi amiga está en la cueva arrebujada dentro del rompeolas el ocio es descanso no dinero y desparramo los bártulos en la arena las aguas turquesas extraño color para las costas argentinas me invitan a entrar pongo un pie pongo dos su temperatura templada me asusta calentamiento global o extracción de petróleo bajo el mar hay medusas pequeñas en la orilla en muerte y me tiro sobre la ola siento el colapso del pulmón respiro profundo y avanzo bajo la segunda ola y cambia mi ánimo desprevenida me atacan a dos frentes y derribada en el fondo intento sonreír pero trago agua y salgo y cruzo la escollera la frontera a la otra playa más mansa más llana y al agua pato la felicidad es completa y escucho a dos señoras quejarse de los precios ni las miro y regreso y las plantas de mis pies se queman con la arena en la cueva está el mate circulando con galletas de algarroba corro y abrazo al amigo recién llegado la ronda se hace grande y en el gozo del ocio surgen los grandes titulares del año hubo sueños herméticos impregnados de historias de albedo citrino rubedo un par de viajes a Tibet hay uno que cuenta que pasó un tiempo en Egipto y admirada con la cruzada de ayuda a niños en Palestina de otra amiga veo la nube oscura de la holganza y arremete el frío entre las piedras aparecen los caminos ocultos de Cuzco cenotes aymaras energías mexicas en la cordillera y acá cerca en la laguna de los padres sierras de tandilia la cosmovisión günün a küna pueblos extintos que laten vitales y pienso la academia está rota y rota el viento al sur brisa fresca de limpieza y en el último zambullón chocan las olas aprisionando ante mis ojos las puertas lemúricas y los shamballas activos entonces cruje la panza es el hambre que marca la hora del regreso y en la espera del bondi vuelve la zozobra habrá plata en la sube no habrá y subo al bondi 98 pesos pago 44 por tarifa social saldo en negativo y alivio antes de la ducha pellizco las marineras luego sin arena impregnada de sal me tiro al piso para contar las vértebras de la columna hace frío lo mío no es hambre es apetito napolitana faina satisfecha cerveza negra limited edition aceitunas gordas placer el ocio trae gula otra porción de napo media faina pesada nunca más un pecado capital sed otra lata limited edition cago las olivas abro la ventana sopla la ventisca del sur que derriba los castillos y volcanes de arena sed agua y cago un poco más el ocio es la libre elección me tapo a dormir la playa agota.
Gaia Orbe, escritora, docente, farmacéutica, radialista, viajera. Socia fundadora de la cooperativa de trabajo La Taba, que desarrolla y comercializa servicios de comunicación. Escribe Fuga de Palabras, una columna mensual para Revista la Taba y Relatos domingueros en IG: @cooperativalataba. En 2014, publicó el libro Cartas a Nashira. El camino de las sombras largas. Y los relatos: “Hágase la luz”, en la Antología Jada Sirkin (Peces de la ciudad, 2017) y “Hechizo de jazmines”, en Ecos (Cuatro hojas, Madrid: 2019). Realiza las Crónicas Gaia en Radio Gráfica y Radio Hache. Su primera nouvelle saldrá en 2021 por Grupo Editorial Sur.
@nosotrosgaia FB: Gaia Orbe