Bienvenidos a otra edición de esta revista maravillosa.
Esta vez, el disparador es “La espera”.
Veamos cierto aspecto de cómo ella se presenta en la gastronomía, y qué hacemos.
En un restaurante puede suceder que muchos de nuestros clientes no sean adeptos a esperar, o se quejen de que tarda su pedido. Convendría advirtieran que no son los únicos en el local y que puede haber otros 20, 50, 100, clientes que también pidieron su comida, entrada, postre o trago y todos tienen que esperar un poco.
En tales casos se recomienda una comida que esté lista o que por ser el “plato del día” salga sin tanta espera.
También hay restaurantes llamados “slow food”, que es como disfrutar de una buena cocina con sus tiempos. Otros de “alta gama” proponen en 6, 7, 9 pasos, ir probando varios platillos y maridarlos con bebidas, etc.
Alternativas para elegir entonces según las circunstancias, el tiempo que tengamos, las ganas de esperar o no…
Yo creo y me gusta pensar que la gastronomía es también un escape, un mimo, una experiencia. Y hay que disfrutar ese momento y esa espera, solo o con amigos.
Vamos con esta receta que es digna de esperar sentado en la mesa, tomando un buen drink…
Curry thai de legumbres y verduras
Ingredientes: 5 porciones
Zapallo 350 gr
Arvejas 250 gr
Zanahorias 350 gr
Cebolla 250 gr
Verdeo 100 gr (parte blanca)
Morrón rojo 200 gr
Zucchini 350 gr
Jengibre 5 gr
Puerro 30 gr
Agua c/n 1,25 kgr aprox
Porotos negros y rojos 350 gr
Cúrcuma raíz 7,5 gr
Leche de coco 500 gr
Sal y pimienta 8 gr y 2 gr
Curry picante 15 gr
Cortar zapallo en cubos de 1×1, las zanahorias en rodajas de ½ cm de espesor, cebolla en pedazos medianos, verdeo y puerro en cortes grandes diagonal, morrones en cuadrados de 1×1.
En una cacerola grande ponemos un poco de aceite con puerro y verdeo, sofreír, con las especias agregar el agua, luego los demás ingredientes según su dureza de cocción, cocinar hasta que estén cocidos los ingredientes sin que se desarmen, terminar con leche de coco. Verificar sabor.
Y a disfrutar de este hermoso guiso, quizás acompañado de un aperitivo sin alcohol.
Shirley Temple
Ya lleva un tiempo cierta tendencia de que los tragos no contengan tanto alcohol, o sean de baja graduación. En esa vía teníamos clásicos sin alcohol como el Shirley Temple o María Sangrante, la versión sin alcohol del Bloody Mary y así muchos otros.
Vamos a preparar un Shirley Temple, un clásico de los años 30 que aún se sirve.
En dicha década Shirley Temple era niña dorada del cine. Bailaba y cantaba como nadie, pelirroja y con unos ojos enormes. Tal era su fama que el bartender del restaurante Chasen’s, decide crear una bebida en su distinción, y que sea ella en todo esplendor, burbujeante, joven, y de color rojo como su cabellera.
En un vaso corto ponemos hielo granizado y 30 ml de jugo de naranja.
50 ml de ginger ale
15 ml de granadina
Revolvemos un poco, agregamos una cereza marraschino y una rodaja de naranja.
Gastón Dominique Bengolea, asesor gastronómico, bar mánager, cocinero privado.
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