Al flaco Tito (1950-2013)
Ya sos carne de cañón hermano,
con la respiración entrecortada,
con las secreciones que inundan tu pensamiento,
con una puñada que soportamos ahí,
donde la historia nos hizo cómplices
del mezquino dominio de nuestro padre
Ya sos carne de cañón hermano,
donde la alquimia médica no puede callar
tus puteadas de “¿por qué a mí?”
Si la vida adviene con un soplo
se va con otro que aún habita en mis oídos
como un rayo que despierta a Hades
y enmudece a Eros
Ya sos carne de cañón hermano
Este acompañar estoico,
este cagazo a que te filtres por mis parpados
cuando el amanecer está tan lejano
Las llamas quemaron los llantos
amortajados en el rincón de un espectáculo circense
un adiós
un abandono de las palabras
Ya sos carne de cañón hermano,
Vos que disimulaste lo diminuto de tus huesos
para paliar la tristeza de todos,
tragando el alimento forzado
para que la cuchara nutra nuestro desasosiego
Te olvidaste de ser incorrecto,
de escamotear vida
cuando la noche se te vino de pronto
Morir fue la respuesta
Luis Zavatto, psicoanalista y poeta. luiszavatto@gmail.com