La implementación de la Educación Sexual Integral en la escuela incorpora un enfoque nuevo, abarcativo e integrador que las nuevas generaciones de alumnxs reclamaba. En el presente número entrevistamos a Pao Raffetta, especialista en ESI.
Compartimos con ustedes sus criterios al respecto, en un intercambio iniciado por Sabino Villaveirán –docente y codirector de la revista-, sobre niñeces trans.
Devenir111/Sabino: Quería plantearte una situación que me tocó vivir como docente para que me ayudes a analizar. Pasó en un torneo de Handball intercolegial que constaba de equipos de mujeres y de varones. En el equipo de mujeres de una escuela, la arquera era un varón con orientación de mujer, se consideraba mujer…
Pao: Entonces es una niña.
D/S: Claro, pero en los partidos no le podían hacer goles las nenas de los otros equipos.
Pao: ¿Por qué?
D/S: Y, porque…
Pao: ¿Por qué era buena?
D/S: Sí, era buena. Pero las nenas de los otros equipos decían que era un varón. Se produjo una situación que a los docentes nos sorprendió, no estábamos entrenados para dar la mejor respuesta. Por supuesto el torneo se desarrolló normalmente. ¿Qué me podés aportar desde la mirada de la ESI?
Pao: Por un lado, desde lo legal es una niña y tiene todo el derecho a la vida deportiva igual que las demás niñas. Si al equipo contrario no le gusta es su problema. Podría ser una mala arquera y porque los reflejos no son testiculares, son neurológicos. Se quejaban porque era una buena arquera, si no no habría problemas. Pasa lo mismo en otros deportes, hay muchos reclamos, sobre todo con la participación de mujeres trans en deportes femeninos. No hay reclamo por la participación de hombres trans en deportes masculinos. En el deporte hay lugar para todos, no todo es músculo y fuerza, también se necesita rapidez, agilidad, inteligencia. Luego habrá deportes que privilegian a quienes son más flacos y rápidos. Habrá otros que privilegian a quienes son más pesados, sólidos y voluminosos, pero tiene que ver con muchos factores que, en general, no dependen de la testosterona. A los velocistas les hacen control de doping pero no exámenes para determinar la producción natural de testosterona. Al contrario, si un tipo naturalmente produce más testosterona que otros, mejor para él. Si un nadador tiene la mano con membrana de pescado y eso hace que nade más rápido, nadie lo va a obligar a recortársela aduciendo que es una ventaja injusta. Ahora, cuando aparece una persona trans en el deporte todo esto vuelve a ponerse en juego. A una mujer trans para competir en deportes de mujeres, en general, le piden que tenga los valores hormonales medios del resto del equipo de mujeres y la realidad es que eso funciona porque cualquier chica trans está usando bloqueadores de testosterona para no tener barba, para que le crezcan las tetas, para que se desmasculinice su cuerpo. Yo uso testosterona desde hace años y no es una droga mágica, no corro como un corredor, ni pego como un boxeador, porque no entreno nada. Entonces mi testosterona no me hace físicamente con más aptitud que una piba de mi altura, de mi peso y con todo el entrenamiento.
D/S: ¿Habría que empezar desde la primaria con equipos mixtos?
Pao: Es que desde hace años hay una ley que dice que la educación física tiene que ser mixta y no se cumple ni siquiera en los institutos de formación docente. Entonces a las pibas les enseñan a ser profesoras de educación física para mujeres y a los chabones a ser profesores de educación física para chabones y ni siquiera saben cómo enseñarle a alguien que no sea de su propio sexo. Eso no sucede con ninguna otra materia. ¿Se imaginan lo delirante que sería tener un profesor de inglés para varones y una profesora de inglés para mujeres? Hace 50, 60 u 80 años atrás, las mujeres no tenían acceso a ciertos espacios porque no había instalaciones sanitarias adecuadas, entonces no podían trabajar en la fábrica porque no había baños ni vestuarios para mujeres. En las escuelas hay baños para varones y mujeres, y no se le puede decir a las pibas: “No vengas a esta escuela porque no hay baños para mujeres”. Sin embargo, se toman el atrevimiento de decir: “No sabemos qué vamos a hacer con una niña trans porque no tenemos baño para ella” ¿Qué están diciendo, que el derecho a la educación queda por debajo de la adecuación edilicia? Lo de los baños se resuelve fácil, sacá el cartel de la puerta y se acabó el problema. Ahora ¿dónde está el problema? En la fantasía de la violencia sexual. Imaginamos que un hombre en el baño de mujeres sería un caso potencial de violencia sexual. Eso estigmatiza a los varones porque hace imaginar que a todos les gustan las mujeres y que por lo tanto todos van a acosarlas y violentarlas. Es una ideología horrible. Cuando pensamos en una piba trans o un pibe trans, estamos pensando en esa misma lógica: Si tiene testículos se va a comportar como todo el mundo sabe que se comportan los hombres, que son violadores, que no se pueden contener. Y entonces una piba trans en el baño de mujeres no va a ir a hacer pis, va a intentar violar a sus compañeras. Eso no ha sucedido nunca, no hay ni un caso registrado. Sí hay casos de varones cis que violentaron a sus compañeritos más petisos, mariconcitos, flaquitos, tímidos y miedosos. Si vamos a hablar de violencia sexual hablemos de la prevención de la violencia sexual. Ahora si pensamos que vamos a resolver la violencia sexual prohibiéndole a la única piba trans que hubo en la escuela, en toda su historia, que vaya al baño de mujeres, y que se las aguante, porque al baño de varones no puede ir , entonces hablemos de cuál es el problema. El problema es la violencia sexual, no ser trans. Si se empieza a hablar de eso se saca el problema de la trans en el baño de mujeres o en el deporte de mujeres y se pone el foco en la prevención de la violencia sexual. Hay que identificar cuáles son los miedos detrás de estos prejuicios. Entiendo que si hay una nena trans en el baño de pibas el cuerpo docente esté legítimamente preocupado por la integridad de las chicas; pero lo que es importante es sacar esta idea de que el peligro es su compañera trans y hablar en serio qué es lo que pasa. ¿Quién es peligroso? El tío, el profesor de música, el papá, el policía de la esquina y quizás, alguna trans o alguna travesti alguna vez. Pero estadísticamente el problema está en otro lado. Como política educativa, hay que fortalecer la participación de todas las personas en todos los deportes y el avance de los deportes mixtos. Por el contrario, la idea de la masculinidad como algo que se pone en juego si se te cae el jabón en la ducha y que para contrarrestar eso tenés que ser una máquina sexual, potencialmente violento, y siempre listo para coger lo que se mueva, no es bueno para los pibes tampoco. Eso es algo que hay que transformar de base con mucha educación sexual.
D/S: En relación a la ESI, ¿qué saldo positivo y negativo encontrás? ¿En qué haría falta seguir trabajando?
Pao: Positivo es que el 90% de los estudiantes quieren más ESI y saben que tienen ese derecho. Desean tener espacios permanentes con interlocutoras e interlocutores con quienes hablar de todo. En muchas escuelas secundarias la ESI la dan profesores de biología, que todavía tienen un enfoque más genital que integral. Hablan de los cambios de la adolescencia, las circunstancias alrededor del embarazo y el parto, y las enfermedades de transmisión sexual. Porque les interesan dos cosas: que las niñas no se embaracen a los 14 años y las enfermedades de transmisión sexual. Esto tiene un lado bueno que es que reconocen que lxs chicxs tienen vida sexual y reproductiva; pero es más precaución que prevención. Hay un montón de aspectos que todavía no están encarados en la ESI, que habría que incorporarlos. Por ejemplo, la diversidad sexual como parte de la ecología social, como algo enriquecedor y no humillante que tenga que ser escondido, reprimido y castigado. A los docentes todavía les falta mucho en esa formación; reconozco que se han hecho avances significativos. Uno de ellos es la implementación del Programa Nacional de Educación Sexual o el Programa Nacional de Formación Docente en el que tengo la suerte de participar. Estos proyectos se vieron frenados durante los cuatro años del macrismo, porque estaban prácticamente desfinanciados y discontinuados. Soy optimista, sobre todo cuando escucho a las y los estudiantes. Lxs pibxs están exigiendo más ESI.
Pao Raffetta, Maestría en Estudios y Políticas de Género. Licenciatura en Estudios Orientales, Especialista Superior en Educación Sexual, Docente especializado en Educación Sexual Integral (ESI). Apóstata de la fe católica, nació en 1974.